No es noticia que hay que cuidarse del sol. Frases como
Según las estadísticas, solo el 34% de las personas con menos de 25 años asegura utilizar frecuentemente el protector solar. Para aquellos que no utilizan protección, hay algo que tienen que saber: en el futuro, serán más propensos a contraer cáncer de piel, y más aún partiendo del hecho que, apenas 5 quemaduras de sol en cualquier momento de la vida, duplican las posibilidades de desarrollo del mismo. Suena duro, pero está comprobado. La incidencia mundial de los tumores de piel se ha incrementado exponencialmente en las últimas 3 décadas. El cáncer de piel es el más común en el mundo actual. El melanoma, la más mortífera forma de la enfermedad, es ahora el segundo cáncer mas común en las mujeres entre los 20 y 29 años, según lo indica la Sociedad Americana de Cáncer. Y los casos de carcinoma vasocelular y de carcinoma espinocelular (las dos formas menos letales de la enfermedad) han aumentado más del doble entre los pacientes de entre 20 y 30, respecto a los de esa edad de la generación pasada. Por eso, llegó la hora de terminar con el concepto que relaciona el bronceado con la salud y la belleza. En realidad, el bronceado no es una manifestación de salud de la piel, sino una reacción de defensa ante la agresión de los rayos UV. Estos rayos, estimulan la síntesis de melanina como un signo de defensa ante el daño que provocan los rayos Uv sobre las células de la piel. Lo cierto es que el cáncer de piel es 100% prevenible con solo alcanzar el equilibrio de disfrutar al aire libre y disminuir los factores de riesgo. Aquí entonces, desvelamos algunos mitos sobre lo que conduce o no el daño solar. Lee con atención para empezar tú también a prevenir el cáncer de piel.
Mito 1: «El sol hace más daño que la cama solar«: Si bien se conoce como “el brillo saludable”, el bronceado artificial resulta tan malo para la piel como la peor quemadura de sol. La exposición a la cama solar puede ser mas riesgosa que la exposición al sol porque la intensidad de UVA recibida en un salón de bronceado es el doble que la obtenida durante el baño de sol al mediodía en la playa en verano, además, como uno permanece quieto, los rayos inciden de manera directa sobre la piel, aumentando el potencial perjudicial de estos rayos. Si bien no se sabe si son los rayos UVB o los rayos UVA los más relacionados con el cáncer de piel, si se sabe que ambos pueden afectar adversamente el ADN. El ADN del núcleo celular contiene el programa genético que cuando se altera puede llegar a un estado de anarquía, precursor del cáncer de piel. Considerando que ambos (el bronceado y la quemadura) son tóxicos para la piel, es hora de sepultar otra conocida mentira sobre el sol: que tener una base de bronceado protege a la piel de las exposiciones siguientes. Cuanto más temprano empiece la exposición de una persona a la radiación UV, más daño potencial van a generar los rayos debido a que el daño ocasionado es acumulativo, progresivo e irreversible en el tiempo. En pocas palabras: Cuanto más nos expongamos al sol, mayor será el riesgo de contraer cáncer.
Mito 2: «Lleva años hasta que los efectos del sol se manifiestan«: Aunque es imposible saber exactamente cuanto tiempo tardan en desarrollarse las marcas en la piel (pecas, lunares, finas arrugas y vasos sanguíneos rotos), los estudios han encontrado que pueden aparecer apenas algunas semanas después de la exposición al sol. ¿Cómo se forman? Los rayos UV alteran el pigmento y debilitan el colágeno de la piel, la capa que le da elasticidad a la dermis. La Fundación de Cáncer de Piel dice que, dependiendo del tipo de piel, de la estación del año, de la altura sobre el nivel del mar y de la latitud, uno puede quemarse seriamente en menos de 30 minutos de exposición solar. Entonces, aparecerá enrojecimiento, picazón, ardor, hinchazón de párpados y mejillas, ampollas, etc… Hay que tener en cuenta que se trata de una auténtica quemadura y que puede ser tan severa como otras provocadas por el fuego, la electricidad o el calor de cualquier elemento, y debe, consecuentemente, interpretarse como una manifestación de la piel que nos advierte que está sufriendo. Un historial de reiteradas quemaduras solares durante la infancia se asocia directamente con una mayor frecuencia de aparición de ciertos tumores malignos de la piel. La buena noticia es que cierto grado de daño solar puede revertirse por sí solo. Evitando la exposición a los rayos UV tanto como sea posible o, al menos, utilizando protección solar con un mínimo de SPF 15 cuando se está al aire libre dará a la piel la oportunidad de reparar algo del daño que ha sufrido anteriormente. Como no es poco lo que hay para decir acerca de los mitos relacionados con el sol, y tampoco es algo para tomar a la ligera, pues nos afecta a todos, hemos decidido dividir esta nota en tres entregas, por lo que si quieres saber más, no te pierdas la próxima parte de “Mitos y verdades sobre los daños del sol”.