Gastar en forma ordenada e ingeniosa, reducir compras innecesarias, darnos nuestros gustos y, sobre todo, pasar las fiestas sin estrés. Una cena con compañeras del trabajo, una reunión con las amigas del gimnasio, salidas con matrimonios de padres amigos de nuestros hijos, listados de regalos navideños que incluyen a los primos de nuestras parejas y los cuñados de nuestras hermanas. A fin de año, pululan una variedad infinita de acontecimientos sociales que no podemos dejar de lado, pero que sin duda alteran nuestro presupuesto mensual. Pero la realidad nunca es tan negra como parece. Aquí, algunas claves para cumplir con todo y con todos, sin dejar de darnos nuestros gustos.
Comprar con anticipación
Siempre y cuando sea posible, esta alternativa siempre funciona. Es sabido que, días antes de las fiestas, tanto los supermercados como las tiendas de regalos aumentan el valor de los productos, casi al doble de su costo real. Entonces, si nos anticipamos, podremos comprar al costo actual de cada artículo. En este sentido, cuando veamos algo que sea ideal para algún miembro de nuestra familia o amigo, no lo pensemos dos veces.
Armar un listado de regalos
Planificar un listado de regalos nos permitirá llevar un conteo, tanto en precio como en cantidad, de lo que estimamos comprar, y no gastar de más. Y, además, nos ayudará a no vernos en situaciones incómodas de comparaciones odiosas sobre cuanto gastamos en tal y cual. Poder prevenir antes, nos permite equilibrar o destinar más al que así lo amerita. Eso sí: es importante comprometernos a que, al fijar un presupuesto, salvo algunas excepciones, no habría que sobrepasarlo. Otra ventaja es que iremos directo a las tiendas que ofrezcan el regalo que tenemos en mente, y de este modo no perderemos tiempo, y podremos planificar aprovechar descuentos de bancos y/o cupones.
Deco inteligente
A la hora de preparar una cena en casa o en la de algún familiar o amigo, es posible armar la mesa navideña a bajo costo. En cuanto a la decoración, existen miles de ideas que se pueden realizar a mano y con cosas que tenemos en casa. Esto puede ser tratando de conservar los clásicos tonos verde y rojo, o innovar con el blanco, plateado y azul, o con novedosas combinaciones, aptas para los más osados. Siempre vale reciclar adornos del año anterior. Por ejemplo, para un árbol novedoso: armar uno sobre Ia pared con fotos de miembros de la familia, dibujando la forma del árbol.
Menú compartido
Hoy en día es casi obligado, pero vale la pena planificar cada detalle, para que ninguno se quede sin participar. Para esto, es fundamental hablar con quienes vamos a reunirnos, para que cada uno traiga su aporte para poner en la mesa. Es necesario organizarse, para que no se repitan los platos, y también para que cada uno traiga aquello en lo que culinariamente más se destaca. En este sentido, siempre hay un familiar que tiene alguna especialidad culinaria. Por otro lado, algunos pueden encargarse de la entrada, otros de los platos calientes, de las bebidas y de la mesa dulce; esto es importante, para que entre tanto ida y vuelta, no se queden afuera de la mesa el típico pan dulce, los turrones, las almendras con chocolate, las pasas de uva y todas las clásicas confituras.
Participar a los más chicos
Tanto en la decoración navideña como en los detalles de la ambientación de la casa, los chicos siempre aportan un toque de calidez muy bienvenida. Así, en lugar de invertir en caros centros de mesa, ellos pueden realizar artesanías y detalles que siempre despertaran suspiros en la familia, y que además los harán sentir parte de la celebración. Otra opción es que realicen adornos para el árbol navideño, o tarjetas navideñas para todos los miembros de la familia. Los adolescentes pueden hacerse cargo del mix musical, uno que sea afín a todas las edades, y también pueden ayudarnos a forrar los regalos, para no tener que gastar en bolsas decorativas. Las alternativas se multiplican cuantos más puedan participar en la planificación.