Son muchos los lugares que se encuentran en nuestro planeta que apenas son conocidos por el hombre pero que sin duda son una auténtica maravilla natural, y uno de esos lugares sin duda alguna es la isla de Jeju.
La isla de Jeju es un enclave coreano todavía no demasiado conocido pero que ya ostenta el reconocimiento de Geoparque Global así como de Reserva de la Biosfera por parte de la Unesco, además de estar considerado como Patrimonio Natural de la Humanidad. Sin ninguna duda, un auténtico paraíso natural que merece la pena visitar al menos una vez en la vida.
La isla de Jeju
Por todos es sabido que nuestro planeta esconde infinidad de lugares maravillosos en los que por suerte, la mano del hombre no ha dejado apenas huella. Te proponemos conocer hoy un poco más son uno de estos preciosos rincones: la isla de Jeju.
Esta isla volcánica, no demasiado grande, se encuentra al sur de la península de Corea , estando considerada como de los paraísos naturales más grandes de todo el mundo. Perteneciente a Corea del Sur, tiene en su posesión la «triple corona» que concede la Unesco, ya que ha sido declarada, como hemos dicho anteriormente, Patrimonio Natural de la Humanidad, Reserva de la Biosfera y Geoparque Global.
Por si esto fuera poco, en el año 2011, esta isla coreana fue elegida una de las modernas siete maravillas del mundo naturales, junto con lugares tan famosos como las cataratas de Iguazú o el Amazonas.
El paisaje de la isla de Jeju se encuentra dominado con cientos de cráteres que reciben el nombre de «oreum» y que son el fruto de las erupciones de los volcanes que con los siglos formaron la isla. El monte Halla, es la cumbre más alta de toda la isla y alcanza casi los dos mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Playas paradisíacas con aguas cristalinas, impresionantes acantilados, y tubos volcánicos abiertos al público gran parte de ellos, aseguran al viajero un viaje lleno de espectaculares imágenes que jamás se olvidarán.
En la costa suroeste de la isla, se encuentra el monte de Hanbang, con infinidad de leyendas en torno a él y con muchos templos budistas, por lo que es otra de las paradas obligatorias durante la visita a la isla. Junto con todos sus encantos naturales, la isla de Jeju ofrece también otra serie de atractivos como por ejemplo las estatuas de piedra de Dol Hareubang, convertidas en el icono del lugar y que se reconocen por su forma de seta. No deje de visitar el parque de Loveland, dedicado a la escultura estrictamente erótica o el museo de osos de peluche.
Con esta gran cantidad de alicientes, solo es cuestión de tiempo que la isla de Jeju se convierta en una auténtica atracción turística a nivel mundial.