La Praga de Oro o la ciudad de las cien Torres, encandilará al viajero con sus callejas y sus numerosas plazas adornadas de palacios, de cúpulas y de iglesias. Por algo está considerada como Patrimonio de la Humanidad. A continuación te recomendamos algunos lugares que no debes dejar de visitar.
Ciudad Vieja
Algo que suelen hacer los turistas nada más llegar a esta ciudad checa es acercarse hasta la famosa cervecería U Fleku, que cuenta con más de cinco siglos y donde se pueden degustar las mejores cervezas del país y algunas de las especialidades carnívoras y contundentes sopas tan típicas de aquí. Para bajar todo lo ingerido, nada mejor que un paseo por la Ciudad Vieja y contemplar el bucólico puente de Carlos y deambular desde allí sin ninguna prisa por las callejuelas de este barrio histórico donde además existen numerosos monumentos que visitar.
Inevitablemente el viajero acabará llegando a la plaza principal de esta Ciudad Vieja donde se encontrará con un muestrario de fachadas en tonos pastel y edificios como la Torre del Ayuntamiento con el Reloj Astronómico más popular de toda Europa.
Imprescindible visitar la catedral gótica de San Vito, el Palacio Real, el callejón del Oro donde en la antigüedad vivían los alquimistas de la Corte y la basílica de San Jorge. En una de las diminutas casas de colores que se pueden encontrar por estas callejuelas, vivió durante una breve temporada el famoso escritos Kafka. Hoy en día estas casas se han convertido en tiendas de artesanía.
Por la romántica escalinata conocida como Zamecke Schody, se puede bajar desde el Castillo hasta el barrio Mala Strana que se encuentra adornado con unas magníficas fachadas de estilo barroco y renacentista. En su plaza se encuentra el templo de San Nicolás desde cuyo campanario se puede disfrutar de unas estupendas vistas de la ciudad. En esta zona el turista tendrá la oportunidad de comer en cualquiera de los numerosos restaurantes disponibles.
Se aconseja asistir a cualquiera de los conciertos clásicos que se ofertan con asiduidad en el centro de la ciudad en sus capillas, palacios y en el complejo arquitectónico conocido como Klementinun, lugar en el que los jesuitas establecieron su universidad y monasterio en el siglo XVI.
Barrio judío
El barrio judío de Praga, conocido como Josefov, está considerado como una de las mayores juderías de toda Europa. De visita obligada es su viejo cementerio con doce mil lápidas ubicadas en un espacio muy reducido y que desde el siglo XV hasta el siglo XVIII fue el único lugar que existía para enterrar. Aunque el barrio ha sufrido remodelaciones y hoy en día lucen espléndidos edificios de estilo modernista, se pueden contemplar todavía algunas sinagogas y el antiguo Ayuntamiento judío.
Entre la colina de Petrín y el barrio del Castillo se encuentra el monasterio Strahov en cuyo interior está una fabulosa biblioteca que se recomienda visitar. Para terminar desde la plaza de Wenceslao se puede llegar hasta la Ciudad Nueva que guarda tesoros como el Teatro y el Museo Nacional e infinidad de cafés literarios repletos de historia como el Louvre o el Slavia.