Un comentario muy habitual que se escucha en estas fechas en las personas adultas, es que las navidades ya no son lo que eran. Y es que esta celebración tan bonita para los niños y en muchas ocasiones dolorosa para los más mayores, ha sufrido una gran transformación a través de los siglos. Vamos a indagar un poco en ello.
Evolución de la Navidad
Los últimos veinte siglos han ido incorporando tradiciones en esta celebración de muchos otros orígenes, sobre todo paganos así como conociendo variantes en cada una de las diferentes regiones de Europa.
Vamos a comenzar preguntándonos cuándo se comenzó a celebrar la Navidad. Por lógica no fue justamente después de la muerte de Jesús. Y es que los cuatro primeros siglos de nuestra era cristina han sido testigos de una lucha continuada por dar a conocer la doctrina que no fue aceptada hasta el siglo IV.
En el Edicto de Milán del año 313, es cuando el monoteísmo comienza a igualarse con el paganismo, pero no fue hasta medio siglo después aproximadamente, en el año 350, cuando el Papa Julio I pidiera que cada 25 de diciembre fuera celebrado el nacimiento de Jesucristo, algo que finalmente fue decretado por el Papa Liberio. Y es que resultaba mucho más fácil cristianizar estas fiestas paganas milenarias que hacer que se olvidaran de manera radical y que fueran sustituidas por otras.
Pero, ¿por qué este día?
La fecha del 25 de diciembre es una de las más importantes tanto del calendario pagano como cristiano. Existen dos hipótesis que intentan explicar el motivo: si Jesús nació el día 25 de diciembre, tuvo que ser concebido a finales de marzo por el Espíritu Santo, lo que coincidiría con el inicio de la primavera así como con el ciclo de renovación que se asocia a ella, aunque también es probable que solo fuera una influencia de las solemnidades de la religión pagana.
Muy probable resulta también que Jesús no naciera en el año cero, sino cuatro años después de lo calculado, ya que el evangelio de Lucas dice que lo más posible es que naciera en el 749 desde que Roma fue fundada.
La Edad Media
Este período comprendido entre la caída del Imperio Romano y el descubrimiento de América junto con la caída del Imperio bizantino, cuenta con un gran número de tradiciones religiosas que han llegado hasta nuestros días.
Después y poco a poco, los siglos se han ido encargado de dar forma a esta fiesta tal y como la conocemos. Así por ejemplo el Adviento, período de meditaciones, oraciones y penitencias de entre tres y seis semanas de duración, se generalizó a partir del siglo IV y hasta el siglo VI, prolongando las fiestas navideñas mucho más allá de la misma Navidad. Es en este período cuando nacen las misas típicas de Nochebuena, como la del Gallo, que debe su simbología a que este animal fue el primero que anunció el nacimiento de Jesucristo.
El Belén y los Reyes Magos
La historia ha atribuido a San Francisco de Así el alumbrado del primer belén en toda la historia y además con milagro incluido, ya que el niño tan solo era una imagen hasta el momento en que el santo cogió. El belén fue popularizado por clarisas y franciscanos hasta que el siglo XV tomó la forma que hoy conocemos.
Aunque mucho se ha hablado sobre la figura de los tres Reyes Magos, lo cierto es que la verdadera coincidencia es que son la muestra patente de que el mensaje de Jesús fue dado para toda la humanidad y no solamente para los judíos. De ahí que terminaran concentrándose la figura de los reyes en tan solo tres representando las tres razas más conocidas a finales de la Edad Media: los asiáticos representados por Gaspar, los europeos representados por Melchor y los africanos representados por Baltasar.