Según las sociedad de otorrinolaringología española, todas aquellas personas que utilizan los bastoncillos frecuentemente para limpiarse los oídos, son que las que tienen que acudir más frecuentemente a la consulta del especialista para solucionar sus problemas de tapones en los oídos.
El oído y la función del cerumen
El órgano del equilibrio y de la audición es el oído, constituido por elementos neurosensoriales y mecánicos que consiguen que se obtenga la información acústica procedente del exterior.
El oído consta de varias partes: oído interno, medio y externo. Cuando hablamos de una limpieza auricular debemos centrarnos en la parte externa del oído que está formada por un conducto auditivo externo y el pabellón auricular. La función de este último es la de poder conducir los sonidos hacia el interior de la zona auditiva externa, que está formada por una serie de estructuras óseas y de tipo cartilaginoso, que conducen estos sonidos a la membrana del tímpano y que están recubiertos de unos folículos pilosos y de las glándulas que originan el cerumen.
Esta sustancia es segregada a lo largo del conducto auditivo externo por las glándulas sebáceas y que en unas condiciones normales garantiza la protección de cada uno de los canales auditivos de los diferentes agentes externos y de las infecciones, gracias a las propiedades bactericidas con las que cuenta, debido a los ácidos grasos que contiene.
Este conducto auditivo externo está compuesto de unos mecanismos de autolimpieza que llegan a producir una migración de la cera y de la piel descamada hacia el exterior, pero en algunas personas estas glándulas llegan a producir más cera de la habitual pudiendo endurecerse dentro del canal auditivo y logrando que se obstruya.
En cualquier caso una mala higiene y un mal uso de utensilios, como los bastoncillos de algodón, consiguen el que dicho cerumen sea empujado hasta la parte interna del oído y que puede llegar a impactar contra la membrana del tímpano, ocasionando una pérdida de audición, zumbidos, tapones en los oídos, infecciones, dolos, picazón e incluso desequilibrio en la presión del oído.
Higiene natural de los oídos
Normalmente, cuando no hay un exceso de cerumen ni de tapones, tan sólo sería suficiente con enjuagarse los oídos en la ducha y limpiar con una gasa o con una toalla la zona externa del pabellón auricular. Pero cuando una cantidad excesiva de cerumen se forma en esta zona, es necesaria una higiene periódica de estos conductos externos para que no se produzcan molestias en el futuro, a la vez que consultar con un especialista para que nos evite cualquier complicación posible.
Los aerosoles son un método de limpieza auricular que pueden beneficiar a las personas que sufren este tipo de trastorno, de igual manera que los conos, basados en una terapia natural y que son unos tubos elaborados con algodón que están impregnados en cera y que constituyen uno de los métodos naturales más utilizados desde hace muchos años, para aliviar el dolor de oídos, el picazón de los mismos, el zumbido y la presión propia de este tipo de trastorno.
Su uso está recomendado una vez al mes y su funcionamiento se basa en el calor que se crea en estos conos una vez se han encendido y que logran suavizar el cerumen que se haya acumulado en los oídos gracias a la presión resultante, logrando extraer dicho cerumen de una manera completamente natural.