Cuando decidamos hacer una escapada de fin de semana, una de las opciones por las cuales podemos decantarnos es la de desplazarnos hasta Hervás, un municipio con un bello entorno natural, un atractivo casco antiguo, un buen patrimonio arquitectónico y un Museo muy peculiar. Enclavada en los bellos parajes del Valle de Embroz, junto a la Sierra de Béjar, Hervás es un tranquilo lugar de sólo 4000 vecinos, en la provincia de Cáceres.
Vale la pena visitarla sólo por el placer que supone pasear por su hermoso casco antiguo, la antigua judería, por cuyas calles blancas y estrechas el tiempo parece haberse detenido. Está considerado uno de los barrios judíos que mejor se conservan de todo el país, y está declarado Conjunto Histórico-Artístico.
En Hervás encontramos aún más cosas interesantes para ver, como su Convento de los Trinitarios, entre otras obras. Sin embargo, si hay algo en el pueblo que atrae hasta él a un gran número de visitantes es su Museo de la Moto y del Coche Clásico.
El Museo nació gracias a un vecino de la población, Juan Gil Moreno, un ebanista que por lo visto de joven tuvo una “Guzzi 65”. Por nostalgia, decidió comprarse otra igual, y esto fue el comienzo de todo. A partir de aquí, Juan empezó a comprar todo tipo de coches y motos antiguos, que él mismo restauraba. Incluso hizo él mismo el complejo en el que hoy en día todo ello se expone, en el cual encontraremos más de 300 ejemplares entre motos y coches. Se trata de modelos que datan de entre los años 1920 y 1970, y actualmente incluso hay algún triciclo y algún carruaje.
El complejo, como hemos dicho, lo hizo también el mismo, y consta de 8 pabellones. Se halla situado en un bello entorno natural lleno de vegetación y flores, y actualmente incluso encontraremos en él una cafetería, una zona de juegos infantil y una agradable terraza con vistas al valle