Vuelve el estilo sepia adaptado al nuevo milenio. Una de las tendencias de la temporada es la moda vintage combinada con un toque de modernidad. No es cuestión de rescatar un batón del placard de la abuela, ese que te recuerda tu infancia: botones forrados, cinturón y estampado marrón con flores amarillo patito. Aunque, de hecho, lo nuevo en la moda es llevar lo viejo.
Casi una paradoja: en el imperio donde reina la novedad, se privilegia lo antiguo. Casi. Porque la novedad es rescatar viejas prendas de otras décadas y combinarlas con nuevas tendencias con el fin de crear un look distinto y, al fin y al cabo, nuevo.
Se trata de la moda vintage. Este término se utiliza para describir artículos o prendas de ropa “retro” que tengan, por lo menos, diez años de historia. Actualmente, lo más rescatado pertenece a las décadas del 50, 60, 70, 80 y, aunque nos pese, 90.
Casas de indumentaria internacionales y una gran parte de los diseñadores independientes han adoptado la práctica de reciclar prendas para transformarlas en productos apetecibles para un público con ansias de novedad. Firmas internacionales, como Prada o Channel, han reeditado diseños históricos asegurando no se trata de copias, sino de modelos originales.
Eso sí, nada de pensar que los viejos tiempos fueron mejores, para que el vintage funcione es necesario mezclarlo con lo actual. Es decir, seguir antiguo y vigente consejo de las novias, el de combinar algo nuevo con algo viejo y demás. Se trata de una tendencia que furor esta temporada: lucir una prenda vintage y alegrarla con un toque de modernidad. De esta forma, se revitaliza una moda de colores sepia y se resalta la bondad de la ropa añeja y el de la actual.
La premisa es modernizar las prendas agregando hebillas, tachas, botones o mostacillas bordadas. Se pueden quitar volados o tablones o utilizar un encaje antiguo para agregarlo al ruedo de una pollera. Modificar las mangas y combinar con géneros modernos como tela de avión o polar. O vestirse con la moda actual y agregar un sombrero, pañuelo, cartera o zapatos de estilo vintage.
Para estar a tono con este fenómeno sólo basta una visita al baúl donde mamá y la abuela guardan reliquias del pasado. En el caso de que adquirir algo directo del hogar sea considerado como una profanación, la opción es pasear por cualquier feria americana o mercado de pulgas donde se consiguen prendas a precios muy accesibles.