Las cirugías plásticas hoy en día son la solución a los problemas mayormente estéticos, de muchas mujeres, sin embargo puede convertirse en un gran problema si se hace constantemente, si no hay normas de seguridad y que finalmente puede dejar lesiones o provocar la muerte. Día a día la sociedad está regida cada vez más por parámetros consumistas, lo material y superficial es cada hora más importante, y ni hablar de las apariencias. Los medios se han encargado de crear estereotipos de hombres y mujeres de consumo, de revista, con cuerpos perfectos, con los que desafortunadamente no todos nacemos pero muchos pagan por tener, son sencillamente mandados a hacer a través de métodos invasivos y adictivos como los son las cirugías.
¿Qué abarca una cirugía plástica?
Aquello denominado cirugía plástica tiene como finalidad realizar mejoras en personas con defectos congénitos o que han sufrido accidentes que les han hecho perder la normalidad tanto en su aspecto como en la función de su cuerpo, pero ahora también brinda mejoría estética para remodelar cuerpos y hacerlos más “hermosos”, en la mayoría de los casos.
La cirugía plástica se ha dividido desde un punto de vista práctico en dos campos, marcados por la sociedad y los servicios de salud:
– Cirugía reconstructiva o reparadora, que está enfocada en disimular y reconstruir los efectos destructivos de un accidente o trauma, los defectos de una malformación congénita, hace uso de distintas técnicas: traslado de tejidos mediante colgajos y trasplantes de partes del cuerpo sanas a las zonas afectadas, etc.
– Cirugía estética o cosmética, es realizada con la finalidad de modificar partes del cuerpo insatisfactorias para pacientes sanos, normalmente es por simple vanidad pero en algunas ocasiones es necesaria por razones médicas, como en el caso de la mamoplastia de reducción al haber problemas en la columna.
Independientemente del tipo de cirugía a realizar, existen riesgos y efectos secundarios que hay que tener en cuenta. A pesar de que los cirujanos lleven a cabo con éxito decenas de operaciones a la semana, cada cuerpo es diferente, por lo tanto el paciente debe tener en cuenta que todo tratamiento, por mínimo que sea, conlleva a riesgos. Los principales, en cualquiera de los casos, son el rechazo de los implantes, trastornos de la sensibilidad, necrosis, cicatrización anormal, trombosis, hemorragias, dolor y reacciones alérgicas a los anestésicos.
Las complicaciones tienden a ser más habituales en fumadores, así que es recomendable que se deje de fumar al menos durante tres semanas antes de la intervención. El estado de salud general, el sobrepeso y la edad también son factores que aumentan la posibilidad de que se presenten riesgos, igual que determinadas enfermedades, el uso de medicación y el consumo de drogas.
De todas formas se puede considerar que no siempre la cirugía es la única solución, antes de realizarla es mejor analizar y mirar otras opciones; encarar una intervención que hará un cambio radical en nuestro cuerpo es una de las grandes decisiones que cualquier hombre o mujer pueden tomar, así que no estar al tanto de todo lo que se debe tener en cuenta puede generar el efecto contrario. Es posible que los efectos de los tratamientos estéticos lleven al paciente a ser presa fácil de trastornos depresivos y de autoestima.
Antes de someterse a una intervención es muy importante informarse bien, su médico es la mejor fuente de información y le ofrecerá una amplia explicación sobre los riesgos generales de una determinada intervención, pero en particular es él quien podrá estimar su riesgo individual. Si quiere tener más confianza sobre su médico, hay que asegurarse que pertenezca a una sociedad de salud, para evitarse futuros inconvenientes.