El agotamiento es un síntoma que como es tan habitual, no solemos concederle demasiada importancia y lo achacamos al ritmo de vida que llevamos, a la edad, etc. En la mayoría de los casos, con tan sólo introducir una serie de cambios en nuestra vida, hará que nos sintamos mucho mejor.
Causas más frecuentes del cansancio
Antes de seguir una serie de pautas es importante que sepamos exactamente de donde viene el problema. Entra las causas más habituales se encuentra nuestro estilo de vida que es el responsable en el 80% de los casos de que nos encontremos más cansados de los normal. Una carencia de vitaminas o de minerales, el estrés y diversos trastornos del sueño, como puede ser un descanso insuficiente o padecer de insomnio, hacen que el agotamiento entre en nuestras vidas.
Pero el cansancio también puede ser un síntoma de otras dolencias como por ejemplo, de problemas endocrinos o de infecciones. Para descartar que sea por alguna de estas causas, el doctor nos realizará un análisis de sangre.
Recargar las pilas
Cuando ya tenemos claro que el cansancio no es debido a ningún problema de salud en concreto, podemos adoptar una serie de medidas que nos harán sentir mucho mejor.
Es muy normal que intentemos combatir nuestro cansancio con bebidas estimulantes como el alcohol, el café o los refrescos de cola, así como de tentempiés dulces. Esto es un gran error puesto que aunque estas comidas y bebidas es cierto que aumentan la energía rápidamente, su efecto dura muy poco, dejándonos incluso más agotados.
El arroz, la pasta, los cereales y el pan, nos proporcionan una gran cantidad de energía para todo el día, por lo que resultan eficaces para poder combatir la fatiga.
Para funcionar correctamente nuestro cuerpo y nuestro cerebro necesitan proteínas que podemos encontrar en las legumbres, en los frutos secos y en el pescado azul.
Es muy importante no salir jamás de casa sin desayunar, ya que esta primera comida del día nos dará la energía suficiente para continuar durante toda la jornada.
Tanto si no se descansa por la noche como si no se duerme lo suficiente no podremos estar jamás al 100% de nuestras posibilidades. Para descansar correctamente debemos procurar que el dormitorio esté completamente a oscuras y que la temperatura sea agradable y por supuesto, elegir una almohada y un colchón adecuados, es decir , que no sen ni demasiado blandos ni demasiado firmes. Procurar cenar un mínimo de dos horas antes de acostarse y no tomar alimentos muy calóricos por la noche, también contribuirán a tener un buen descanso.
Un exceso de trabajo y una rutina diaria suelen ser también responsables de un exceso de fatiga. Para contrarrestar ésto podemos hacer deporte, que aunque puede parecer una contradicción, dedicar unos minutos para hacer algo de ejercicio al día, mejorará nuestro ánimo a la vez que nos ayudará a descansar mejor por la noche. Si lo practicamos al aire libre en las horas de claridad, el beneficio resultará el doble.