Las venas pueden presentarse inicialmente como las llamadas arañitas y evidenciarse por el dolor de piernas, pero si no son atendidas a tiempo pueden llegar a inflamarse de tal manera que en un momento llega a impedir el movimiento normal por los síntomas secundarios. Estas venitas son comunes para muchas personas pero se evidencian más en las mujeres, por diversos aspectos, a algunas les aparece como esas llamadas arañitas y con el paso de los años empieza a agravarse el problema, entonces las mujeres comienzan a desesperarse y no saben cómo actuar para que la única solución no sea necesariamente la cirugía.
Estas venas son las que más se dilatan y empiezan a verse a través de la piel con bastante facilidad y aunque pueden salir en cualquier parte, las más comunes son las que salen en las piernas. Las causas cambian y dependen razones médicas, otras físicas, otras por las actividades diarias entre otros factores.
Puede haber venas de dos tipos unas externas y otras internas pero pueden ambos tipos generan dolor, pero la interna es la más peligrosa porque es la que tiene enlace directo con el camino que conduce la sangre al corazón. Se da sobre todo en los adultos y se liga directamente a la edad, aunque hay ciertos factores que ayudan a que se presenten con más facilidad.
Uno de ellos es la obesidad porque se aumenta la presión en las venas y se puede agravar el problema; los factores genéticos o hereditarios son también de gran importancia, porque si hay personas cercanas que hayan tenido este problema, es normal que también se presente y a veces con mayor gravedad, así que hay que tener ciertos cuidados para prevenirla. El sedentarismo es el tercer factor que evidencia los daños en las piernas y es que el estar tanto tiempo sin hacer ejercicio afecta la circulación.
Las personas que trabajan mucho tiempo en una misma posición por ejemplo de pie o mucho tiempo sentado también tienen grandes porcentajes de desarrollar la inflamación de las venas y se acompañan de dolores de piernas. Una de las desventajas para las mujeres es precisamente las características de su género, porque son las que producen grandes cantidades de progesterona y algunos efectos del embarazo los cuales derivan en las venas.
Si se clasifican en una escala de 1 a 3, las chicas tienen un riesgo de 2 a 3 de padecer este malestar. Los síntomas más comunes son cambios de color en la piel, la inflamación de las piernas y por ende de las venas que empiezan a notarse a través de la piel y esas sensaciones molestas de adormecimiento, hormigueo, presión, calor y hasta pesadez en los miembros inferiores, puede ser en una o puede ser en ambas.
Por último, los tratamientos varían dependiendo de la edad, de la gravedad del estado de las venas o incluso de la intolerancia a ciertos medicamentos pues si no responden a estos mecanismos, es mejor acudir directamente a la cirugía. Desde las opciones más básicas están la elevación y descanso de piernas, aplicación de elementos de calor y frio hasta algunos más tecnológicos y perfeccionados como la aplicación de láser o la ablación que se refiere a la descomposición de la vena varicosa por medio de un tubo que se inserta en ella.