Cualquier detección realizada a tiempo facilita una pronta recuperación. En el caso de las mamas de las mujeres está en nuestras propias manos conseguirlo. Y es que teniendo en cuenta los numerosos cambios que van sufriendo desde la pubertad y a través del ciclo menstrual y de la menopausia, éstas van experimentando una serie de cambios que se pueden detectar a tiempo siempre que se siga un examen físico adecuado.
Cuándo y cómo realizarse un autoexamen de las mamas
El momento más adecuado para llevar a cabo un autoexamen es de cinco a siete días después del comienzo de la regla. Se recomienda fijar un día en cada mes, especialmente si ya se ha entrado en la menopausia. De esta manera se consigue conocer mejor las mamas y notar cuanto antes cualquier tipo de cambio en ellas.
Lo primero que hay que hacer es analizar su aspecto. Las mamas de cada mujer son completamente diferentes por lo que lo único que se necesita es conocer perfectamente las tuyas. Comienza colocándote frente a un espejo y con los brazos a cada lado completamente relajados para comenzar a buscar cualquier tipo de cambio en ellos como arrugas, hoyuelos, piel porosa, pezón hundido, abolladuras así como cualquier variación en la coloración, forma o contorno.
Después hay que ir cambiando la posición de los brazos buscando siempre algún tipo de cambios. Eleva los brazos por encima de la cabeza y después coloca las manos en la cadera firmemente para terminar desde esa posición inclinándote hacia adelante.
La segunda parte del autoexamen consiste en tumbarse boca arriba con una almohada debajo del hombro correspondiente a la mama que se vaya a examinar para levantar posteriormente el brazo y colocarlo debajo de tu cabeza. Con la mano libre se palpa la mama buscando cualquier tipo de endurecimiento, dolor o abultamiento.
Se deben usar las yemas de los tres dedos medios para palpar haciendo pequeños círculos sobre toda la zona. Después mueve hacia abajo y arriba desde la parte más externa de la mama, es decir, debajo de la axila, hasta el centro del pecho. También hay que examinar hacia abajo yendo hacia la zona de la clavícula.
Termina comprimiendo muy suavemente con el pulgar y el dedo del medio el pezón para observar si existe alguna secreción. Realiza las mismas operaciones con la otra mama.
Enfermedades de las mamas
Son muchas las afecciones que pueden llegar a generarse en las mamas a lo largo de la vida de una mujer debido principalmente a los cambios hormonales, y aunque ellas no signifiquen siempre un cáncer de pecho, hay que tener precaución y consultar con el médico en cuanto se note alguna diferencia.
La mastitis es una de ellas y se debe a una inflamación o infección de los senos que se puede llegar a producir por abscesos, bacterias u hongos entre otras causas. También pueden aparecer quistes, es decir, abultamientos rellenos de líquidos o una presencia de nódulos cono hinchazón y engrosamiento de la zona que recibe el nombre de fibroquística.
Igualmente pueden aparecer unos nódulos redondos, sólidos y gomosos que se mueven con suma facilidad ante la presión y que reciben el nombre de fibroadenomas apareciendo generalmente en las mujeres jóvenes con mayor frecuencia.
Otro de los problemas más comunes es la aparición de papilomas intraductales, tratándose de unas protuberancias muy similares a las verrugas que van creciendo cerca de los pezones.