Una mujer puede identificar a un buen amante al observar sus hábitos alimenticios y determinar si serán de aquellos que les gusta y vale la pena o son de los que el miedo y la vergüenza los inunda y pierden la oportunidad de iniciar una relación. Para una mujer hay muchos aspectos importantes a la hora de tener una pareja, entre ellas que tengan un buen gusto al comer y tengan un cuidado con los alimentos que prefiere y saber que tan buenos son en la intimidad. Pero cuando se puede definir a ese chico, uniendo esos dos factores, resulta mucho más fácil, escoger entre muchos pretendientes. No quiere decir que haya que pasar por la cama de miles de chicos, pues solo basta con identificar sus hábitos alimenticios y probablemente dará señales de que tan buen amante es. Hay que tener en cuenta que un buen amante no necesariamente se define porque haga las cosas prácticas excelente en una cama, sino también por sus comportamientos, gustos, comportamientos y actitudes en su vida diaria.
– Si comen muy lento, es porque disfrutan de la comida, quieren degustar y sentir cada gramo de lo que consumen. Quieren conocer cada detalle del plato del que están comiendo y no porque tengan pereza de comer o hagan muchas mañas, solo se toman su tiempo, pues no tienen afán.
– Pero hay un lento que no come con agrado. Es de esos que no disfrutan nada de lo que comen y no les interesa lo que les sirvan, si huele bien, si tiene un color llamativo. Comer es simplemente es un hábito que hacen simplemente por inercia pero no porque les guste conocer nuevas cosas o abrir su paladar a nuevos campos.
– Hay chicos que comen rápido pero en medio de su afán, aprenden a disfrutar de lo que hacen, de lo que ven, de lo que huelen y de lo que prueban. Pueden definirse como hombres que son sensuales, pero se llenan de ansias en el momento de la intimidad. Son muy dominantes y siempre les gusta tener el dominio de la relación. Si quieren un hombre bueno en la cama y que coma bien, esta puede ser unan buena opción.
– En el caso de los hombres que comen rápido, pero sin saber lo que hacen, tienen muchas descripciones, entre las que figuran los que tienen dificultades para mantener una relación y peor aún si es de tipo sexual, por eso hacen las cosas de afán y sin que nadie detalle lo que hace, así como lo hace el. No necesariamente malo, solo necesitan de confianza.
Hay otro tipo de chicos que sencillamente no les interesa el sexo y son causa perdida por eso no hay que tenerlos en cuenta. Hay un tercer grupo que son los que emplean la comida como una excusa para no tener sexo y son los que caen rápidamente en la obesidad, aunque todo depende de vencer su temor y ganar confianza en sus relaciones sociales y poco a poco abrirse sexualmente y de paso perder peso.