Enfrentarse a una infidelidad de pareja puede suponer una prueba de fuego que no tiene porqué acabar siempre en ruptura. Si la llama del amor continua viva, el perdón puede ser una opción a considerar.
Decisión díficil
En el momento en que se descubre que la pareja ha echado una canita al aire, se apodera la duda de la relación y llega el momento tan difícil de la recapitulación de los hechos, conectar con los sentimientos más profundos y hacer balance.
En algunas ocasiones, la infidelidad puede incluso reforzar los lazos de unión de la pareja. Un desliz puede hacer que la pareja reaccione a tiempo y se den cuenta que en su relación faltaba algo y de que se siguen queriendo. En cualquier caso, será necesario plantearse una nueva manera de afrontar la relación y de volver a definir las reglas de la pareja para intentar reestablecer la confianza.
En el momento en que se decide que sí que vale la pena seguir luchando por esa relación, es muy importante pasar página y perdonar verdaderamente de corazón para olvidar los reproches y los rencores. Asumir el error cometido y aceptar el sincero arrepentimiento de la pareja también es sumamente importante.
Aunque es normal que la curiosidad nos corroa por dentro, es mejor conocer los menos detalles posibles sobre la infidelidad, pero sí que es importante el motivo por la que nuestra pareja nos fue infiel para poder resolver las diferencias de la pareja y evitar que en un futuro pueda volver a suceder. En cualquier caso recomponer las piezas de la relación no es una tarea fácil, pero al menos un 15% de las parejas que han atravesado por este problema, piensan que su relación se fortaleció.
Cuando se separan los caminos
Si no somos capaces de volver a confiar en nuestra pareja porque sentimos que ha violado nuestros principios básicos como el respeto o la lealtad, la separación será la decisión más sensata. Este es el camino que escogen casi un tercio de las personas que han vivido en sus propias carnes una infidelidad.
Las rupturas de pareja son muy difíciles de asumir máxime cuando existen terceras personas que se han cruzado en el camino, ya que en estos casos la rabia, la perplejidad, el rencor y la decepción se suman a la tristeza y a la pena de una ruptura sentimental. Uno de los sentimientos que más llega a reconfortar en estos casos es el pensar que lo que buscamos en una relación es un amor sincero y una confianza plena que tu pareja ya no te puede dar.
Más de un 90% de las parejas piensan que una infidelidad es algo inaceptable aunque el miedo a estar solo o la dependencia emocional que se ha podido crear durante el tiempo que ha durado la unión, las mantiene atadas en un relación que ya no funciona. En estos casos es muy importante ser honesto/a con uno mismo y no renunciar jamás al ideal del amor porque de ello dependerá nuestra felicidad.