Tener pareja y estar felices, es algo que todas las chicas buscan, pero los resultados de estar felices se empiezan a notar cuando ambos empiezan a subir de peso. Aunque hay que cuidarse de no confundir subir un par de kilos, con caer en obesidad y enfermedades crónicas. A esta conclusión llegaron a partir de un estudio que se realizó en una universidad de Dallas. Se evaluaron a cerca de 160 parejas que llevaban un largo tiempo de relación y a quienes se les evidenció que con su alegría y amor, empezaron a subir de peso. También tiene que ver la armonía paciencia, fidelidad y calma, pues en el caso de las parejas que viven tristes, distanciadas o disgustadas, es más probable que empiecen a perder peso.
Por otro lado, las personas divorciadas también tuvieron su participación pues fue notable el cambio físico que tuvieron después de terminar una relación tormentosa o dolorosa. Si estaban m muy delgados por la preocupación, subieron de peso y ganaron un gran estado físico, o si tal vez engordaron por la ansiedad que generaban las preocupaciones, bajaron esos kilos de más, que no los hacían ni ver ni sentirse bien. Por lo general, las parejas felices tienden a compartir muchas cosas, planes, momentos, y uno de los que más les llama la atención es comer. Pero de la mano de subir de peso gracias al comer, está la aceptación que le dá el otro, así este aumentando de kilos, y es que el amor no tiene que ver nada con lo físico y es por eso que son tan felices y viven tan enamorados.
Pero hay que dejar en claro, que hay mujeres u hombres que se descuidan en medio de ese amor o cambio de vida en pareja, y sobre todo en el caso de las chicas, suben de peso cuando están casadas o con una relación muy estable, porque creen que ya estarán de por vida con ese hombre y empiezan a perder cuidado por su aspecto físico. Por otro lado, los hábitos de vida cambian mucho y en vez de ir al parque o salir a montar bicicleta con el que antes fue su novio, prefiere ir a un restaurante o comer pizza o hamburguesa en las noches mientras ven una película. Pero lo más grave no es eso, pues sin darse cuenta, además de ganar peso, dañan la salud, aumentando el colesterol, taponando venas, impidiendo una salud cardiaca y hasta dando pie para que se pueda generar algún tipo de cáncer.
Entonces, estar enamorado no es malo y subir dos o tres kilos es aceptable, pero cuando las consecuencias del comer en exceso o del descuido empiezan a notarse, puede llegar a ser peligroso. Hay que buscar maneras de mantenerse en forma y si se puede, motivar a la pareja para que también lo haga, y así como son felices comiendo y probando nuevos platos, también lo pueden hacer patinando, saliendo a trotar en las mañanas o jugando un pequeño y divertido partido de baloncesto o voleibol.