Reírse a carcajadas puede resultar un maravilloso lifting facial ya que se estiran y tonifican los músculos de la cara a la vez que se eliminan toxinas y se mejora la oxigenación de nuestra piel al conseguir que nuestros pulmones acojan el doble de aire en ellos.
Sonreír nos ayuda a ser más felices
La persona humana es el único animal que cuenta con sentido del humor lo que puede hacer que sonría tan sólo con un comentario gracioso o que se tronche de risa con un simple chiste. Cuando se introduce una sonrisa en cualquier situación tensa o si vemos sonreír a una persona cercana a nosotros, nuestro cerebro también logra sonreír gracias a las neuronas espejo, es decir, las emociones que son positivas se contagian de una a otra persona y en realidad lo que buscamos todos en esta vida es pasarlo lo mejor posible.
La risa nos produce un bienestar físico y mental que nos infunde positivismo y una mayor ilusión. En el instante en que estamos risueños y alegres, nos sentimos mucho más creativos y gozamos de una mayor vitalidad a la vez que conseguimos disfrutar mucho más de la compañía de todos los que nos rodean.
El sentido del humor y la risa constituyen una auténtica vía de escape que nos ayuda a enfrentarnos a cualquier tipo de adversidad con un mayor optimismo. En cualquier caso no se trata de que nos tomemos todas las cosas a guasa, sino que sepamos descubrir la parte más cómica de cada situación para poder restar seriedad a los asuntos más complejos.
Cómo sacar la alegría que habita en nuestro interior
Si podemos inundar nuestro hogar y nuestro lugar de trabajo de sonrisas, todos aquellos que se encuentren a nuestro alrededor se sentirán mucho más cercanos y con más ganas de estar junto a nosotros a la vez que todo nos parecerá mas divertido y más sencillo.
De igual manera que escuchar un tipo de música en concreto nos puede llegar a elevar el ánimo en nuestros momentos más bajos, podemos buscar la risa en lugares que sepamos que nos las pueden provocar, como por ejemplo en una película que nos haga reír, en un libro con chistes o compartiendo cosquillas con nuestros hijos. Rodearnos de personas con las que sabemos que acabaremos llorando de la risa y que nos hagan respirar buen humor a la vez que nos hacen cambiar nuestro “chip”, es otra de las mejores soluciones para vivir con alegría y disfrutar de esos momentos, cada vez más escasos en nuestras vidas.
Por otra parte es muy común pensar que el estar serios, por ejemplo en nuestro lugar de trabajo, es sinónimo de responsabilidad al igual que las bromas se asocian a una irresponsabilidad profesional, pero lo que es cierto es que una persona que nunca ríe produce una gran desconfianza entre los que le rodean, por tanto que mejor muestra de que existe una buena sintonía con las personas que nos rodean que reírse junto a ellos, ya sea un compañero de trabajo o nuestro propio jefe.