Después de una infidelidad el dolor que se siente es muy grande pero a pesar de la rabia hay que contemplar la opción de perdonar y seguir adelante tranquila y sin rencores. Para una mujer es muy difícil sobrellevar una infidelidad y más cuando se ama profundamente, además que se ve afectada la autoestima, el orgullo femenino, el respeto por lo que se es, y se pone en duda el valor, la integridad y hasta si se es bella o no para justificar el porqué fue cambiada, aunque muchos de estos pensamientos no tengan la razón. El momento en que piden perdón es muy complejo porque la herida esta reciente, el dolor permanece por varios meses y el miedo y la duda hará que no se crea en el perdón y que probablemente si eso se hizo una vez se repetirá una y otra vez. Pero en lo que hay que pensar es en el bienestar de sí misma, de la tranquilidad que habrá mental y emocionalmente.
Nada mejor que una chica que pueda demostrar una humildad y pureza de corazón a pesar de la ofensa, de subir la cabeza y sonreír y más en el caso de las mujeres que son catalogadas como egoístas, envidiosas o rencorosas. Pero si se hace, debe hacerse de corazón, con tranquilidad y que no se confunda esta sencillez con una forma de ser burlada o aprovecharse de unos buenos sentimientos. Hay que dejar de lado esa idea de la venganza o de cobrarse la falta, porque es bien sabido que la vida cobra por si misma los errores y tal vez con eso lo único que se logre es remover mas las heridas y crear más daño en si misma pero no en la otra persona.
Obviamente no se puede decir que es fácil y que se hace de un día para otro, pero es bueno tomarse unos cuantos días o meses y cuando se tenga la determinación de perdonar, decirlo y si se quiere, se sigue con la relación, si no solo se perdona y se dice adiós.Según los especialistas y sicólogos aunque se demore en llegar, la determinación de perdonar es lo más saludable, y como todo proceso es bueno seguir una serie de consejos que ayudara a que esto sea más llevadero.
– Lo primero es afrontar el momento de dolor, de rabia, de lágrimas, de gritar, de todo aquello que hace liberar, que permite descansar. Algo que jamás debe hacerse es guardarse los sentimientos que solo generan daño evitar liberar esos nudos que se sienten frecuentemente en los ojos, el corazón y la garganta.
– Una vez libradas las emociones, hay que analizar porque duele tanto, si vale la pena, si se puede superar rápidamente, si era lo que más convenía.
– En este punto, se contemplan las opciones como el perdón, la venganza o la indiferencia y pensando con cabeza fría es mejor tomar la decisión de perdonas y asumir las respectivas consecuencias, que probablemente serán las mejores.