Si hemos elegido como destino de nuestras vacaciones el País Vasco, o, más concretamente, la hermosa provincia de Vizcaya, a la hora de organizar nuestras excursiones y visitas a lugares interesantes una buena opción es decrdirnos a visitar la bonita población de Gatika. Situada a tan sólo 20 kilómetros escasos de Bilbao, es una pequeña y tranquila localidad cuya población no alcanza los 1600 habitantes, y que pertenece a la comarca de Uribe.
Gatika no sólo ofrece al viajero que allí llega la belleza de su entorno natural, con sus verdes paisajes llenos de frondosa vegetación, sino también un gran legado arquitectónico y artístico, fruto de la huella que ha dejado la historia en estas tierras.
Así, podremos contemplar en la población edificaciones tan interesantes como su Iglesia Parroquial o el edificio en el que se alojaba el antiguo Ayuntamiento, construido en 1901 y que en su origen fue la escuela de la localidad. Muy destacable es su arquitectura popular, sobresaliendo algunos caseríos o una casona de estilo neoclásico que se encuentra frente a la parroquia.
Pero si algo atrae al visitante a Gatika no hay ninguna duda de que es su precioso Castillo de Butrón, una construcción medieval de gran belleza, erigida en el siglo XIII. Aunque al principio su destino no fue el de castillo, sino el de una torre residencial, no tardó ni un siglo en pasar a convertirse en una fortificación que alimentó las cruentas batallas entre nobles y permitió a la familia Butrón mantener desde él el dominio de todo el territorio, que ejercía de manera implacable con la fuerza de sus tropas.
El castillo estuvo, a partir del siglo XVI, y durante 3 siglos, prácticamente abandonado, siendo salvado de acabar en estado ruinoso en el siglo XIX por su nuevo propietario, el Marqués de Torrecilla, que lo reformó totalmente. Desde entonces no se ha hecho ninguna otra remodelación, conservando el mismo aspecto de hace dos siglos.
Su construcción se inspiró en los hermosos castillos de Baviera, y en ella abundan las torres y almenas, que le dan un encantador aire de haber sido sacado de un cuento. Su interior es laberíntico para cualquiera que entre en el lugar, lleno de corredores y pasillos por los que parece que uno pueda perderse fácilmente.
El edificio se halla rodeado por extensas zonas ajardinadas, un relajante lugar para pasear mientras contemplamos la gran cantidad de especies botánicas que allí se encuentran, tanto autóctonas como exóticas, así como el pequeño bosque de robles que se halla junto a él. De sus árboles, sobresalen un pino que alcanza nada menos que 31 metros de altura, así como un cedro japonés de una gran belleza.
A principios de junio, tiene lugar cada año, en el incomparable marco de sus alrededores, la Feria Medieval Mercado de las Culturas. Durante unos días, los vecinos de Gatika y los viajeros que hasta allí llegan para participar del evento, retornan al medioevo, a lo que contribuye no sólo el escenario sino también los espectáculos y actividades que se llevan a cabo, como espectáculos de cetrería, representaciones teatrales, talleres y hasta un concurso de trajes medievales.