La manualidad de hoy es una auténtica belleza a la vez de que es muy simple el realizarla, pero a diferencia de otras que hemos presentado aquí, ésta es conveniente que la realice un adulto. Se trata de los famosos espejos rayados, los cuales a buen seguro hemos visto en muchas ocasiones en tiendas de manualidades, especializadas en decoración o bellas artes.
Sólo debemos prestar atención a los pasos y seguirlos con sumo cuidado para que el resultado final sea el deseado.
Materiales para la elaboración:
– Espejo enmarcado (el tamaño lo elegimos nosotros)
– Punzón con la punta plana(puede ser un destornillador plano)
– Pintura de colores (los colores que consideremos)
– Pinceles
– Molde de dibujo a rascar
– Papel calco
– Lápiz o bolígrafo.
Manos a la obra:
1) Lo primero es elegir un dibujo que nos agrade, eligiendo el tipo y tamaño adecuado.
2) Daremos la vuelta al espejo y lo pondremos sobre una superficie plana.
3) Pondremos el papel calco por detrás del espejo y a continuación encima del calco el dibujo elegido.
4) Dibujaremos el contorno de dibujo, teniendo en cuenta los espacios de dentro del mismo que deseamos estén presentes en el dibujo, como por ejemplo, si pintamos una casa las ventanas y puertas las rascamos, si es una cara los ojos y boca los rascamos, en este aspecto cuenta mucho tu imaginación. Ten en cuenta como referencia que el dibujo que hayas calcado será el rascado y por consiguiente el que pintaremos.
5) Una vez dibujado el modelo, comenzamos a rascarlo, no olvidando en ningún momento los comentado en el paso 4.
6) Ahora, una vez rascado, lo pintamos, de los colores que queramos, blanco y negro, colores pastel, todo depende de nuestra imaginación.
Dejaremos secar y ya está, ya tenemos un bonito espejo rascado y pintado.