La educación de los niños siempre proviene de casa y los padres juegan un papel esencial, pues si son muy permisivos o condescendientes, el pequeño puede convertirse en una persona rebelde y caprichosa que gritar, patalea y llora cuando no se le da lo que quiere. Los niños pequeños durante su etapa de desarrollo y dependiendo del tipo de crianza y educación de los papás se pueden convertir en personitas realmente irritables y obsesivos con lo que quieren, realizando pataletas y portándose rebeldes si no se les complace. La responsabilidad de que un niño tenga ciertos comportamientos es el exceso de consentimiento de actitudes negativas, el no saber decir no, la falta de correctivos cuando hace algo mal y el exceso de regalos y ser permisivo, solo para mantenerlo feliz y sin llorar o gritar por toda la casa cuando no se le da un juguete nuevo así tenga miles o no se le permite ver televisión a cambio de hacer tareas.
Es sabido que un niño por su edad no puede hacer muchas actividades por sí solo, pero dentro de su enseñanza deben ir actividades básicas que poco a poco el aprenderá, pero cuando el niño no quiere hacer nada y busca que todo lo estén haciendo por él, es indicio de problemas, pues desde un principio marcará su territorio y no dejará que nadie lo mande, pues está acostumbrado a esto.Por otro lado está la envidia común en los pequeños, pues si un niño de su misma edad tiene un juguete, el querrá el mismo o uno tal vez mejor y se genera una actitud competitiva, donde vive pidiendo cosas en todo momento y si no se complace se vuelve agresivo.
Según los sicólogos infantiles, es normal que en cierta etapa de la vida de los niños se presenten actitudes caprichosas, pero son ocasionales, y cuando persisten ya representa un inconveniente. Es por eso que desde un principio una madre o un padre debe saber corregir a su hijo, no por medio de violencia o maltrato sicológico, y tampoco quitándoles o prohibiéndoles todo. Hay que saber cómo exigir y premiar a los niños, cuando pedirles cosas y así mismo retribuirles su esfuerzo. Así mismo hay que actuar adecuadamente frente a ellos, pues los pequeños son el reflejo de los padres y no es posible reclamar cuando se les muestra otra cosa.También influye en sus caprichos la televisión, la publicidad y el entorno social de los jardines o los primeros grados escolares, en donde empiezan a actuar de manera egoísta, caprichosa y materialista.
Como actuar?
– No permitir actos inadecuados en forma de burla, pues una vez aceptados, seguirán haciéndolo.
– También es bueno ignorar ciertos comportamientos, pues a veces lo hacen por llamar la atención, por ejemplo cuando realizan pataletas o lloran en exceso.
– Así como se les prometen ciertos “premios”, también hay que procurar que los pequeños prometan una cosa y aprendan a cumplirla, así se formaran desde pequeños, y valorar sus esfuerzos cuando hagan tareas o actividades que se sabe que no les gustan, aunque esto no quiere decir que haya que sobornarlos para que se porten bien.
– Es básico que ambos padres se apoyen para educar bien a los hijos, pues al haber un padre permisivo, el niño no aprenderá lo que debe sino lo que quiere y conviene.