¿A quién no le gusta la idea de tener un jardín en su casa? Un lugar hermoso, lleno de vegetación y vistosas flores, en el que sentarse un rato relajadamente y dejar pasar el tiempo y en el cual se respire paz y tranquilidad. Un jardín en nuestra casa es algo que nos apetece a todos, pero, por desgracia, no todos podemos tener, y menos cuando se vive en una ciudad. Pero lo que sí tenemos todos es la posibilidad de trasladar este deseado espacio al interior de nuestras viviendas. Convertir nuestra casa en un agradable jardín no es ninguna idea descabellada, aunque a primera vista pueda parecer algo absurdo.
Un requisito imprescindible será, sin lugar a dudas, la luz natural. El primer paso que deberás hacer si quieres trasladar la atmósfera de un jardín al interior de tu casa será dotarla de la máxima luz natural que puedas, permitiendo que el sol entre en todo su esplendor. Para ello, deberás tener en cuenta detalles como, por supuesto, abrir totalmente las persianas, tener las cortinas a un lado para que no impidan el paso de los rayos de sol e, incluso, cambiar la tela de éstas por una que sea mucho más fina, para facilitar así la entrada de la luz en la estancia.
Aunque al hablar del jardín todos estamos pensando en flores y plantas, un jardín bien cuidado no es eso lo único de lo que dispone. En un jardín encontramos multitud de objetos que podrás también poner dentro de tu casa. Los jarrones, las macetas de todo tipo, algunas ramas en algún rincón, y similares, son algunos de los muchos complementos que podrás usar en tu decoración.
Pon accesorios hechos con materiales como el mimbre, la madera o el barro, materiales que van a resultar perfectos en este tipo de decoración.
Algo muy acertado, y que va a aumentar en gran manera el efecto del conjunto, puede ser el colocar en el lugar o rincón adecuado alguna fuente. Ésta, no sólo va a dar al espacio un toque de gran belleza, sino que el ruido del agua al caer va a convertir la estancia en un lugar más relajante todavía.
En cuanto al color de las paredes lo mejor será el blanco o colores claros, aunque es aconsejable combinar algunos tonos para dar así más calidez a la habitación. Algunos complementos, como tapicería o cojines, pueden ser rojos o naranjas, colores que combinados con el verde de las plantas convierten también la estancia en un lugar mucho más cálido. No estaría mal tampoco algún detalle floreado, como puede ser una cortina o la tapicería de un sofá.