Todas las mujeres gastamos dinerales en cremas para cuidar nuestra piel, pero no basta solamente con éstos ungüentos mágicos para mantener a este complejísimo órgano de nuestro cuerpo sano y saludable, sino que se trata fundamentalmente de llevar una vida sana.
Desde la dieta hasta los pequeños detalles, como ser la aplicación de cremas o el buen manejo del sueño, todos son pasos fundamentales que ayudan a mantener nuestra salud y nuestra piel en buenas condiciones.
Esta nota apunta a conocimientos básicos en lo que a belleza respecta, que no son novedad, pero que resulta interesante darles un vistazo cada tanto, para evaluar si estamos llevando o no una vida sana, y para evaluar si cuidamos o no nuestra piel. Todas nuestras conductas influyen en nuestra salud, y un buen espejo de eso es la piel, pues refleja el estado general del organismo. Para cuidar nuestra piel es necesario tener en cuenta estos aspectos de nuestra vida:
- Dieta eficiente: Llevar una alimentación balanceada, sana y rica vitaminas y minerales. De esta manera no solo nuestro cuerpo se mantiene en forma, sino que ayudaremos a mantener nuestra piel joven.
- Hidratación: Importantísima durante todo el año. Beber 2 litros de agua diarios es necesario para mantener la salud de todo nuestro cuerpo, pues ayuda a eliminar toxinas, a hidratar la piel y mantenerla sana, retrasando el aparecimiento de arrugas y sequedad.
- Ejercicio: La gimnasia ayuda a oxigenar el organismo, por lo cual se eliminan las toxinas que el cuerpo no necesita. No solo eliminamos grasas y fortalecemos nuestros músculos, sino que con la gimnasia también ayudaremos a depurar nuestra piel, a mantenerla firme y elástica.
- Sueño: Dormir bien contribuye al buen funcionamiento del organismo. Se estima que 8 horas son suficientes para cubrir la cuota de sueño diaria. En lo que a piel respecta, durante la noche, el rostro se relaja y realiza el proceso natural de reparación de los tejidos. Un buen hábito para adoptar es el de acostarse y levantarse siempre a la misma hora, pues de esta forma el cuerpo se acostumbra a ese horario y se evitan los problemas de sueño.
- Cuidarse del sol: Aunque no tenga un efecto inmediato, el sol daña la piel de todo nuestro cuerpo, por lo tanto, hay que cuidarse de él siempre. El sol no solo quema, sino puede generar en la piel manchas y arrugas prematuras. Hay que siempre tener en cuenta la protección solar, tanto en verano como en invierno, y no olvidar prestar atención al cuello, pues su piel es muy fina y delicada, y tiende a la flaccidez y a las manchas (pecas). Es muy importante cuidar esta zona antes de que aparezcan los síntomas de envejecimiento por causa del sol.
- Cuidádos básicos para la piel: Último y no por eso menos importante, no hay que olvidar lo que siempre repetimos con respecto a los cuidados específicos de la piel. Para el rostro y el cuello, es fundamental realizar los 3 cuidados obligatorios: Limpieza,tonificación e hidratación. Por la mañana y por la noche, y con productos específicos para cada tipo de piel. Para el resto del cuerpo, no olvidemos la aplicación diaria de alguna crema hidratante y realizar una exfoliación al menos cada 15 días.