Las cerezas es una de las frutas que cuentan con un mayor poder antioxidante y que se pueden consumir sobre todo durante la primavera. Resultan ideales para recuperar nuestra piel tras un largo invierno a la vez que cuidan nuestro corazón, nuestro hígado y nuestro cerebro. Además existen otras formas de consumirlas que van mucho más allá del típico postre.
Sardinas con salsa dulce y queso
Ingredientes:
· Medio kilo de sardinas previamente fileteadas
· Sal gorda y aceite de oliva
· Cuatro rodajas de queso de cabra cortadas en rodajas finas
Para la salsa:
· Un kilo de cerezas
· 750 gramos de azúcar
· Medio litro de vino tinto
· Medio vaso de zumo de limón
· Canela en rama
· Una cuchara de maicena
Comienza preparando la salsa de las cerezas dulces. Para ello trocea y lávalas y ponlas a cocer en el vino a fuego lento con la canela en rama, el azúcar y el zumo de limón, incluida su corteza. Remueve todo con la ayuda de una cuchara que sea de madera.
Aparte, vete diluyendo la maicena con un poco de agua y añade esta mezcla a la anterior salsa. Remueve todo bien hasta que se forme una confitura y evitando que se pegue en todo momento.
Mientras tanto, vete preparando las sardinas. Lávalas bien y sécalas con un poco de papel absorbente. Fríelas durante un minuto por ambos lados y acaba echando un poco de sal gorda en el último momento.
Cuando ya estén templadas y fuera del fuego, sírvelas sobre el queso que habrás dorado en una sartén diferente y sin nada de grasa y junto con la salsa de las cerezas, bien sobre su base o bien alrededor de las sardinas.
Pechuga de pavo y cerezas
Ingredientes:
· 150 gramos de cerezas sin rabo y sin hueso
· Una pechuga de pavo de aproximadamente un kilogramo
· 80 gramos de paté o de foie de oca
· Un vaso de jerez
· Un vaso de caldo
· Seis cucharadas de brandy de jerez
· Una cuchara de harina
· Dos cucharas de aceite de oliva
· Pimienta y sal
Comienza dante un corte en el centro de la pechuga de pavo a lo largo sin llegar a perforarla y rellénala con el paté o con el foie. Salpimenta un poco y dórala en una sartén con un poco de aceite de oliva.
Envuelve el pavo en un trozo de papel de aluminio y termina de asarlo dentro del horno a unos 200 grados centígrados durante unos quince minutos. Retira del horno y déjala envuelta hasta que llegue el momento de servirla para que así pueda conservar todo los jugos antes de llevarla a la mesa.
En la sartén donde has dorado la carne, echa el brandy y el vino. Añade la harina previamente disuelta en el caldo y deja que todo ello cueza a fuego medio hasta que veas que la salsa va reduciendo y espesándose. Agrega en ese momento las cerezas y deja que dé otro hervor.
Trincha la carne de pavo en medallones y sirve con un poco de salsa, dejando el resto en una salsera aparte para que los comensales se vayan sirviendo más si les apetece.