Gracias a los avances en leyes, la aceptación en la sociedad y la lucha de movimientos feministas por la inclusión, actualmente las chichas han dejado de ser discriminadas laboralmente y son aceptadas en campos pesados o riesgosos, algo en lo que antes solo se desempeñaban hombres. Pero también pueden correrse riesgos personales y emocionales por acoso y malos tratos. Gracias a la globalización, lucha y liberación feminista e inclusión social y laboral, actualmente las mujeres han disminuido los niveles de ser consideradas como el género débil, como aquellas que están hechas solo para la casa y las cosas delicadas, y no es que sean personas masculinizadas o quieran ser hombres, pero han demostrado que tienen la capacidad de tener un trabajo tan difícil, pesado o peligroso como el de un hombre.
Gracias a los cambios sociales, estas labores son cada vez mas aceptadas admiradas, y para una mujer es importante, para elevar su autoestima, generar más ingresos e igualdad entre ganancias de hombres y mujeres, ganar un respeto sobre todo frente al género opuesto y en algunos casos un pronunciado machismo.Es por ello que actualmente, tomar una carrera como policía, militar, bombero, constructora entre otras, ya no es gran sorpresa para nadie, y es más fácil para una chica tomar esta decisión. Además cuando se ejerce alguna de estas profesiones, los beneficios otorgados por realizar un trabajo no común son múltiples, desde el salario, la salud, y la extensión laboral.
Lo bueno es que con esto, una mujer puede llegar a ser jefe, gana mayor autonomía y puede exhibir su responsabilidad para cualquier labor. También gana más espacio y libertad pues puede trabajar al aire libre manteniendo un buen estado físico.Pero aunque el porcentaje de ingreso de mujeres a estas labores es alto, aun existen factores que limitan esto, como la falta de apoyo familiar, la falta de educación ya que solo se estimula la enseñanza y aplicación laboral tradicional, además de la discriminación de empleos y genero.
Muchas veces cuando las mujeres tienen un supervisor hombre, la situación es difícil y estresante, pues el deja de revisar las acciones de su empleada por percibirla como incompetente para ese trabajo; también es común que a una mujer dedicada al campo de la construcción, no se le entreguen las herramientas adecuadas porque creen que no sabe manejarlas o son muy pesadas para ellas, lo contradictorio y a la vez justo, es que las mujeres demuestran sus habilidades, hasta el punto de manejar una retroexcavadora o una gran volqueta.
Hay ocasiones en que para buscar fastidiar a las mujeres el apoyo en sus labores es mínimo y por el contrario, buscan recargar más el trabajo, además de negar permisos o contribuir con la realización de labores familiares, como el cuidado ocasional de los hijos. También pueden padecer acoso laboral o sexual, pues al no ser parte del equipo de los hombres, ellos tienden a tratarlas con palabras soeces, actitudes se conducta sexual y agresividad, con la intención de humillarlas, cansarlas y hacerlas retirar de sus trabajos.Pero ante estos casos, pueden recurrirse a departamentos de protección social y laboral, y no solo para el respeto de sus derechos básicos, sino para defender su inclusión y acceso fácil a cualquier tipo de trabajo sin discriminación alguna.