La preciosa isla de Gran Canaria, Reserva Mundial de la Biosfera, es un territorio de atractivos contrastes paisajísticos. Sus profundos barrancos, sus valles con palmerales, sus grandes extensiones de pinos canarios, sus abruptos acantilados, sus coladas volcánicas submarinas, junto con las limpias aguas de sus costas, forman un conjunto de gran belleza.
Si a esto se le añade su benigno clima, se convierte en un lugar ideal para visitar en cualquier estación del año. Para pasar unos días en la isla, una buena manera es alojándose en una de sus casas rurales, rodeados de tranquilidad pero muy cerca de la playa.
Se sugieren a continuación tres casas rurales en Gran Canaria que colaborarán, si cabe, a que la estancia sea aún más inolvidable.
Casa El Palmito
Está situada en Valsequillo, en un paraje natural protegido, rodeada de unos paisajes de gran belleza que permiten interesantes excursiones y la práctica del senderismo. Pero, al mismo tiempo, está a tan sólo 12 kilómetros de la playa y a 20 de Las Palmas.
El edificio es una antigua casa de campo canaria de principios del siglo XX, rehabilitada para el turismo. Puede alojar a 6 personas, y dispone de tres habitaciones dobles, un comedor, una cocina, una sala de estar y un baño. Se encuentra muy bien equipada, con jacuzzi, equipo de música y hasta una colección de juegos de mesa.
En su exterior hay una huerta y un bonito jardín con zona de barbacoa.
Villa Elena
Ubicada dentro de una finca de 2.000 metros cuadrados, en la localidad de Las Vegas, llena de árboles frutales, naranjos y limoneros, desde ella se pueden hacer interesantes rutas por montaña. Además, se encuentra solamente a 15 kilómetros de la playa.
Es una bonita casa de pueblo restaurada, en la que pueden hospedarse hasta 6 personas. La vivienda consta de tres habitaciones dobles, una cocina, comedor, dos baños y una agradable sala de estar con chimenea.
En su extenso jardín hay una huerta, una zona de barbacoa y una piscina (fotografía).
Casa Rural Falcón
Se encuentra en la localidad de Fatana, un hermoso pueblo rodeado de palmerales, a escasos 20 minutos de la famosa “Playa del inglés”. El edificio fue construido a finales del siglo XIX y era la tienda del pueblo, conocida como “Falconcito”, hasta el año 2001, en que se habilitó para turismo rural.
Decorada con un exquisito gusto, y con estilo rústico, tiene dos plantas que se unen por una escalera que hay en su vistoso y colorido patio. Su capacidad es para 4 personas. Dispone de dos dormitorios, una cocina, un comedor-salón, una sala de estar y dos baños.