Aunque todo el mundo tiende a tener un cierto grado de grasa que se localiza en la zona de la barriga, lo cierto es que cada uno cuenta con un tipo de barriga diferente y se requieren diferentes formas para reducirla.
Barriga de neumáticos
Este tipo de barriga suele ser típico en aquellas personas cuyo estilo de vida es muy sedentario y que suelen consumir alimentos con mucho azúcar, así como un exceso de calorías y una gran cantidad de harinas. Por esta razón lo primero que hay que hacer es reducir el consumo de estos alimentos. Si se consume alcohol habrá que excluirlo de la dieta inmediatamente y un consumo excesivo de éste también es una de las causas de que ésta aumente. Se deben evitar consumir alimentos Light ya que cuentan con muchos productos químicos, así como sal, azúcar refinada y conservantes para lograr darles sabor. Pero en cualquier caso hay que recordar que el ejercicio es la clave fundamentar para reducir este tipo de barriga. Se debe realizar una sesión de ejercicios cardiovasculares y complementarlos con zancadas, sentadillas y abdominales.
Barriga por estrés
Este tipo de abdomen es muy habitual entre las personas muy perfeccionistas y suelen sufrir también el síndrome del colon irritable, provocando también hinchazón. Dichas personas suelen tener muy malos hábitos y se saltan las comidas habitualmente, consumiendo comida rápida y abusando de las bebidas que tienen cafeína.
Para reducirla se aconseja mejorar los hábitos de sueño y evitar caer en el insomnio. Se debe combatir el estrés con técnicas para relajarse así como con actividades que generen placer. Se debe evitar el consumo tanto de café como de bebidas que lleven cafeína y realizar ejercicio con frecuencia, pero sin excederse con el cardio. Es preferible hacer yoga o dar caminatas. Es recomendable consumir alimentos que sean ricos en magnesio con las nueces, los vegetales verdes y las semillas.
Barriga hinchada
Este tipo de barrigas suelen estar bien planas durante las primeras horas de la mañana pero a lo largo del día se van inflamando por indigestión o por gases. Esta distensión afecta tanto a las mujeres que tengan sobrepeso como a las mujeres que están delgadas y suele deberse a problemas de alergias, malas digestiones o intolerancias alimenticios. Entre estas últimas las más comunes son la intolerancia al gluten y al trigo, al alcohol, la levadura y a ciertos productos lácteos procesados como la mantequillas, el queso o la leche. Es fundamental averiguar cuáles son los alimentos que pueden causar dicha intolerancia para excluirlos por completo de la dieta.
Se deben mejorar los hábitos alimenticios para lograr una digestión mejor. Si por ejemplo se sufre de estreñimiento lo más probables que se estén consumiendo alimentos inapropiados. En este caso se debe incrementar el consumo de alimentos que sean ricos en fibra así como beber más agua.
Esta hinchazón también puede significar un desequilibrio en la flora intestinal y para restaurarla se deben consumir más alimentos prebióticos y probióticos.