Es muy importante que un producto como las almejas, base de la receta que sigue, sea totalmente fresco. Si cuando las compramos no las vamos a cocinar el mismo día, debes conservarlas humedeciéndolas y envolviéndolas en un paño, poniéndolas en el centro del mismo y anudando los cuatro extremos. Colócalas en un plato con un poquito de agua y déjalas en el frigorífico. Estarán vivas por lo menos 3 días. Si vienen con una malla no es preciso que la saques. Ingredientes para 4 personas: 1’5 kg. de almejas, 150 grs. de mantequilla, 6 dientes de ajo, 1 cebolla, unas ramitas de perejil, pan rallado y sal.
Un par de horas antes de empezar a cocinar, pon las almejas dentro de un recipiente lleno de agua con sal gruesa. Así, si tienen arena, la soltarán.
Pon en el vaso de la batidora la cebolla, las ramitas de perejil, la mantequilla y los ajos pelados, así como una pizca de sal. Bátelo todo bien y reserva la masa en el frigorífico.
Pon las almejas en una cazuela con un poco de agua. Tápala y deja que se abran al vapor. Así que se abran, apártalas y saca una de las dos valvas.
Coloca las almejas en una fuente que pueda ir al horno. Encima de cada una de ellas pon un poco de la masa que has hecho al principio y que guardas en el frigorífico.
Espolvorea con el pan rallado y mete en el horno a gratinar, hasta que tome un poco de color dorado. Sírvelas muy calientes.