Decir que no, es una tarea muy compleja para muchas mujeres, pero hay algunos tips y consejos que deben seguir para aprender a pronunciarlo, sin pena o miedo y con la seguridad que lo hacen porque lo sienten y es lo mejor para ellas. A muchas les queda difícil decir este sencillo monosílabo porque les da miedo, pena o sienten que es ser mala persona, pero lo que deberían saber es que en muchas ocasiones es importante decirlo para que la vida no les convierta en un verdadero infierno. También hay que saber decirlo desde jóvenes, para que la vida no se vaya en medio de intentos por quedar bien ante los demás, sino por hace lo que las hace sentir bien a ellas mismas.
Lo que muchas mujeres piensan es que cuando alguien les diga o pida algo o se encuentren ante una situación que no les guste, deben necesariamente decir si, para que la gente no piense mal de ellas, para que no crean que sea una egoísta o una persona ego centrista. Pero en realidad va mas allá, pues en realidad esta silaba lo que representa es un medio de protección ante personas y situaciones que no convienen o no aportan. También suelen decir si para evitar discusiones de cualquier tipo y suele abarcar todo tipo de ámbitos como el familiar, el laboral y hasta el emocional.
A veces, las chicas dicen si a pesar de saber que se están equivocando. Incluso, decir si, es adquirir un sin número de compromisos que tal vez no se puedan cumplir o por lo menos no todos. Hay que saber que el “no” es un derecho y puede decirse cuando nazca o se sienta. Para poder lograr decir que “no”, es necesario saber que el pronunciarlo, es una manera de dar a conocer las emociones y sentimientos propios a los demás, porque muchas veces, cuando alguien pide un favor y sabe que van a decir que si, no presta importancia al nivel de compromiso que adquiere el otro, pero cuando le dicen que no, empieza a reevaluar las cosas. Es una manera de demostrar que después de tanto tiempo diciendo que si, llega el momento de demostrar que no siempre importa lo que piensan los demás, sino lo que siente ella misma.
Antes de decir que sí, hay que evaluar la situación, saber qué es lo bueno y lo malo, los compromisos y lo que tal vez no haya tiempo o capacidad para poder cumplir, incluso si puede llegar a traer problemas o dificultades, solo por ayudar a otro. Si en definitiva es más un favor acompañado de presión y manipulación, definitivamente hay que decir que no.También es bueno que el “no”, este acompañado de buenas actitudes y gestos, para que la otra persona no sienta agresividad ante la respuesta. Es cuestión de explicar porque no se puede hacer lo que se pide, pero sin muchos detalles, pues tampoco es obligación o cuestión de vida o muerte. Por eso mismo hay que anteponer siempre las prioridades y entender que muchas veces, algunas decisiones que se toman a la carrera o por hacer sentir bien al otro, pueden dañar la propia vida o arruinar metas o planes.