Si hace 22 años no nos hubiera dejado, esta Nochebuena cumpliría 89 años la gran actriz Ava Gardner, una mujer llena de energía y vitalidad. Si algo caracterizó a Ava a lo largo de su vida fue su carácter firme y su fuerza arrolladora, que contrastaban con su semblante, el cual emanaba normalmente una serenidad sorprendente. Un rostro de gran belleza, esta belleza tan especial que sólo es posible desde la sencillez y la naturalidad, y que se veía acentuada gracias a su firme personalidad.
Ava Gardner nació en la víspera de Navidad del año 1922 en los Estados Unidos, concretamente en Carolina del Norte. Hija de granjeros que se dedicaban al cultivo del tabaco, tuvo una infancia muy infeliz. Su padre la obligó a trabajar desde los 6 años, y era un hombre rudo y tiránico, que la obligaba a leer la Biblia, prohibiéndole leer cualquier otro libro. Esos primeros años tendrían luego una gran influencia en Ava, y quizás serían los culpables de que la actriz jamás llegara a conseguir la felicidad.
Su incorporación al mundo del cine fue una casualidad. Tuvo lugar en el año 1940 cuanto un ejecutivo de Hollywood contempló una foto suya en el escaparate de un fotógrafo, y quedó cautivado por ella. Trabajaba para la Metro Goldwyn Mayer, y le propuso a la joven un contrato, cosa que ella por supuesto no se pensó dos veces.
Después de algunos pequeños papeles, enseguida vino el éxito, con películas como “Forajidos”, “Pandora y el holandés errante”, “Magnolia”, “Las nieves del Kilimanjaro” o “La condesa descalza”. En esta última, que se rodó en España, la actriz se enamoró de nuestro país y de nuestras costumbres, empezando a frecuentarlo.
Sin embargo, al mismo tiempo que la carrera profesional de la actriz iba ascendiendo, en su faceta personal no ocurría lo mismo. Ava no tuvo suerte en su vida privada. Tuvo varias relaciones pero ninguna cuajó, así como tres matrimonios frustrados. Además, tuvo graves problemas con la bebida. Su fuerte carácter también le originó varios conflictos.
Durante los últimos años, la actriz estuvo retirada, por voluntad propia, de todo aquello que tuviera que ver con el cine, con Hollywood y con todo este mundo tan brillante pero en el que ella no había conseguido ser feliz.
Ava Gardner murió el día 25 de enero del año 1990.