Las fanáticas del cabello largo muchas veces desesperan por no ver su tan preciada melena como la de los avisos publicitarios de champús y acondicionadores. Cortarlo no es la única solución, cuidándolo por dentro y por fuera pueden conseguirse envidiables resultados. Por dentro
El cabello está en continua renovación al igual que uñas y piel. Para tener un cabello sano y fuerte debemos consumir vegetales verdes que aportan hierro (elemento indispensable que actúa a en el crecimiento del pelo); carnes rojas, por su alto contenido proteínas, y tomar abundante cantidad de agua, al menos 2 a 3 litros diarios.
Además debemos consumir alimentos con alto contenido en selenio (cebolla, ajo, manzana y nuez), en zinc (espárragos, papas y berenjenas), en azufre (lechuga, espinaca), en magnesio (palta, legumbres), en hierro (frutos secos y carne roja) y en calcio (lácteos y fruta).
El cabello tiene un ritmo de crecimiento determinado por diversos factores tales como edad, sexo, influencia hormonal, herencia genética, hábitos alimentarios, tabaquismo y enfermedades, entre otros factores.
Por fuera
El cabello largo tiene mayor índice de deshidratación que una cabellera corta, por lo tanto, el uso de productos hidratantes es fundamental porque la fibra del cabello tiene una erosión mayor, y se deteriora más al utilizar accesorios que lo aprietan y castigan. También está más expuesto al daño del sol, y los nutrientes naturales llegan con menos fuerzas hasta las puntas. Por eso es conveniente su nutrición una vez por mes o cada quince días, con productos que contengan todos los aminoácidos que el pelo requiere.
Eventualmente hay que cortar las puntas para mantener renovada la fibra, y usar protectores térmicos a la hora de la plancha o el brushing. Manteniendo estos cuidados, podremos garantizar un cabello sano y con brillo.
Para tratar un cabello quebradizo son aconsejables los activos como las ceramidas, las proteínas de soja, las mezclas de siliconas, el ginseng, el propóleo, el pantenol y los complejos que lo contienen.
El uso de ceramidas en formulas cosméticas reestructura la fibra capilar favoreciendo su humectación. Las proteínas de la soja son nutritivas, hidratantes y aportan 8 aminoácidos esenciales para la formación y reparación de los tejidos capilares.
Los mix de siliconas poseen una gran acción acondicionadora, ayudando a controlar el cabello quebradizo. El ginseng es nutritivo y revitalizante, y ayuda a reforzar los cabellos.
El propóleo y la miel son ricos en nutrientes y antioxidantes, son protectores de la fibra capilar y aportan nutrición para el pelo dañado.
El pantenol actúa reestructurándolo, uniendo las cutículas y restaurando el cuerpo del pelo. Con su uso el cabello se puede observar más brillante y suave al tacto, ya que contrarresta la opacidad y la porosidad producida por cutículas capilares levantadas e irregulares, principal síntoma del pelo dañado.