Los canelones de carne constituyen una buena comida para las fiestas, siendo un plato muy agradecido, ya que gusta a casi todo el mundo. Son laboriosos, necesitas más de un par de horas para hacerlos, pero vale la pena ya que no tienen punto de comparación a los que se venden hechos. Cuando los hagas, procura hacer muchos y congelarlos, porque pràcticamente te van a dar el mismo trabajo muchos que pocos.
Ingredientes para 4 personas: 20 placas de canelones, 250 grs. de pechuga de pollo, 250 grs. de ternera, 150 grs. de carne de cerdo, 1 hígado de pollo, medio vaso de coñac, 150 grs. de tomates maduros, 1 cebolla, pimienta negra, aceite de oliva y sal. Para la bechamel: ¾ de litro de leche, harina, mantequilla y sal.
En una cazuela de barro con aceite de oliva, echa toda la carne y el hígado de pollo para que se vayan sofriendo, salpimentándolo todo. Cuando cojan color añade la cebolla picada y baja el fuego.
Así que veas que la cebolla empieza a tomar color, vierte el coñac, dejando que se evapore. Agrega entonces los tomates rallados, prueba la sal y rectifica si lo ves necesario y deja cocer a fuego suave durante 10 minutos más, removiendo de vez en cuando.
Cuando haya pasado este tiempo, tritúralo todo con la picadora.
Pon al fuego un recipiente con agua abundante, sal y unas gotas de aceite y cuece las placas de canelones, echándolas de una en una para no romper el hervor y removiendo de vez en cuando con mucho cuidado y con una espátula de madera para que no se rompan. Déjalas hervir el tiempo que marca el envase y seguidamente la escurres y la dejas unos minutos en agua fría.
Mientras, haz una bechamel con la leche, la mantequilla, la harina y un poco de sal, de la manera acostumbrada. Vierte un poco de la bechamel en la masa de la carne y remueve.
Rellena los canelones con la masa y enróllalos. Ve poniéndolos en una fuente adecuada para ir al horno. Una vez todos en la fuente, esparce el resto de la bechamel por encima, bien repartida. Espolvorea con queso rallado y gratina.
Sírvelos muy calientes.