La cigala es un crustáceo con un sabor exquisito ya de por sí solo. Simplemente cocidas o fritas ya son deliciosas. Para variar, aquí va una receta en la que no sólo la cigala sino también la salsa queda riquísima, no sólo por sus ingredientes sino sobre todo porque la cigala ha cocido dentro de ella en crudo. Ingredientes para 4 personas: 1 kilo de cigalas frescas, 1 vaso de vino blanco seco, una copa de coñac, 2 tomates, 1 cebolla, 5 dientes de ajo, perejil, pimienta negra, aceite de oliva y sal.
Pon al fuego una sartén grande o paellera con un poco de aceite de oliva, no en exceso, y echas en ella la cebolla picada, La rehogas unos segundos y a continuación añade los dientes de ajo cortados a trocitos. Sin dejar que tome color, añade los tomates rallados, echa un poco de sal y remueve. Deja que se vaya haciendo el sofrito con el fuego suave.
Cuando creas que falta poco para que el sofrito esté consistente, echa las cigalas. Remueve y vierte el coñac, flambeando.
Una vez apagado, añade el vino blanco, un poco más de sal y una pizca de pimienta negra. Deja cocer todo durante unos 10 minutos.
Pasado este tiempo, añade el perejil picado y dale unas vueltas para que se mezcle todo bien. Aparta del fuego y sirve muy caliente.