Cuando uno llega a casa luego del trabajo o un día ocupado, es recurrente la necesidad de desconexión y relajación. Existen algunos consejos para la pintura del hogar que se pueden tener en cuenta, ya que si se elijen correctamente brindan un efecto de bienestar y relajación total. Por más que algunos no crean en ello, los colores ejercen mucho poder sobre la mente y el estado de ánimo de las personas. Todo depende del espacio, del tamaño del mismo, de su funcionalidad y luminosidad. Tener armonía en la decoración y pintura del hogar, puede traer armonía y paz a quien vive allí.
Blanco y beige
El color blanco siempre es sinónimo de bienestar y paz mental. A veces, las personas para no complicarse la vida, deciden dejar las habitaciones en tonos claros como blanco, beige o cremas. Pero sin darse cuenta están eligiendo una de las mejores soluciones para alejarse del estrés.
El blanco es un color que purifica el alma, y es perfecto para utilizarlo en un estudio, despacho o cualquier área de trabajo, lo que se debe a que ayuda con la concentración y la calma mental. Se puede tomar como ejemplo cualquier centro de salud o estética, donde el color blanco predomina en todas partes, esto no es una coincidencia, sino que se elije pintar con ese color para aportar calma y quietud a las personas que ingresan.
Además, si se tiene presenta el estilo minimalista, se puede notar que la decoración se centra en el color blanco, no solo las paredes sino el mobiliario y demás complementos como lámparas, sillones, mesas, etc.
Amarillos y ocres
Tanto si se tiene una sala luminosa como si no, el color amarillo, el ocre y el dorado aportan sensaciones de bienestar, indiferentemente al tamaño el espacio. Por eso, es una gran solución decorar el salón o living con estos colores, que no solo impregnan a la vivienda con estilo y personalidad, sino que también garantizan relajación.
El color amarillo representa felicidad y amistad, por eso es recomendado para utilizar en espacios centrales del hogar, donde las familias y sus amigos se reúnen a descansar, cenar o simplemente para charlar un rato. Además estos tonos ayudan a la concentración, por lo que al igual que el blanco se pueden utilizar en lugares de trabajo como oficinas o en habitaciones de estudio para los niños. También se puede destinar para las cocinas, pero preferentemente mezclándolo colores tierra y rojizos. Estos otorgan magnitud y un estilo rústico que acompaña el bienestar que tanto es buscado en los espacios del hogar.
Celeste y verdes pálidos
En las recámaras, donde se duerme y descansa la mayor parte del tiempo, se debe fomentar la calma, quietud y tranquilidad para conseguir un sueño óptimo por las noches. Por eso se recomienda utilizar, tanto en las piezas matrimoniales como en las habitaciones para niños, el color celeste o tonos suaves como el verde pálido, ya que aportan a las personas la calma y serenidad necesaria para el descanso.
Todo lo que tenga que ver con tonos marinos, desde el azul al turquesa, recuerda al mar y ofrece una sensación de libertad única. Además, se puede reforzar el clima decorando el espacio con fotografías de viajes y demás momentos donde uno se siente con la mayor calma y relajación.
Estos colores también son ideales para acoger rincones interiores de la casa, aquellos donde es difícil que entre algo de luz natural. Esto se debe a que consiguen aportar la viveza y calidez que está ausente por la falta del sol.