Todas las personas tenemos cierta predilección por algunos colores, pero lo que la mayoría no sabe es que la elección de colores en una casa puede tener impacto directo sobre el estado anímico de las personas. Esto sucede de forma indiferente al gusto que se tenga por ese color en particular. Basándonos en esto ¿Qué colores se deben elegir? Esquema de Contraste. El uso de colores contrastantes, por ejemplo amarillo con negro o rojo con azul, en el ambiente o habitación puede dar como resultado un efecto alegre y brillante. Si se agrega como tercer color al blanco se puede tener un resultado más fresco, y al mismo tiempo se acentúan los otros colores elegidos.
Cuando se opta por éste tipo de esquema para la pintura o decoración, es importante no usar gran cantidad de ambos colores contrastantes, ya que por su fuerza en el color compiten entre sí, dando por resultado un efecto sobrecargado y cansador a la vista. Un color debe dominar al otro, y el blanco debe tener un espacio considerable en el ambiente.
Esquema armónico. Está compuesto por colores vecinos en el círculo cromático, por ejemplo el verde, amarillo y naranja, que tienen al amarillo como común denominador entre ellos.
Además este tipo de combinación da un efecto de fluidez en los colores, especialmente cuando la intensidad de los tonos no es la misma, por ejemplo amarillo junto a verde amarillento. También es importante para lograr un ambiente relajado que los colores no tengan la misma fuerza, sino que haya un tono más brillante y luego otro más opaco o suave, para evitar un efecto sobrecogedor a la vista.
Esquema moderado. Se pueden lograr exelentes combinaciones para el hogar uniendo colores consecutivos, pero comprendidos unos en tonos fríos y otros en cálidos, por ejemplo amarillo (cálido) con verde y azul (fríos). Lo cual da por resultado una ruptura del ambiente frío y estático por la presencia del amarillo en la habitación.
Da un efecto muy atractivo romper el esquema con un color o tono del sector opuesto en el círculo cromático, ya que se suaviza el ambiente y se le da una mayor presencia.
Esquema monocromático. Utilizar un mismo color pero en diversos tonos, por ejemplo lila, violeta y violeta oscuro, da una exelente combinación que va de pálido a intenso, de manera que se obtiene un ambiente con un efecto calmo.
Si se elige este esquema en particular es importante el uso del color seleccionado en una amplia gama de tonos, ya que si solo se utilizan los tonos extremos sin considerar a los intermedios la combinación podría resultar inquietante. Si el resultado resulta monótono siempre se puede romper la estructura agregando un color de contraste, por ejemplo en éste caso podría ser el azul.
Esquema policromático. Si no se eligen bien los colores para este esquema se podrá tener un efecto cansador y alterante para nuestros sentidos. Un ejemplo para éste tipo de combinación es azul y naranja o rojo y amarillo.
Sin embargo, si los colores y tonos que se seleccionan se encuentran próximos en la escala cromática como por ejemplo naranja y rosa, se logra calmar y unificar la ambientación en este tipo de esquema. De por si una decoración policromática es difícil de manejar, por lo que se recomienda el uso de un máximo de tres colores para el ambiente.