Antes de tumbarte sobre la toalla debes saber que el bronceado puede llegar a ser un peligro. Descubre cómo conseguir un estupendo color sin que tengas unas consecuencias que pueden llegar a ser desastrosas.
Sin prisas para broncearse
El moreno es un sistema de alarma del organismo que avisa que la piel está a punto de quemarse por lo que la melanina se activa para evitar esto. Pero la melanina no es un escudo en sí, es simplemente una reacción que avisa que no hay que seguir por ahí. Por eso sobre todo durante los tres o los cuatro primeros días no se debe tomar el sol durante más de cinco minutos directamente y se debe ir subiendo el tiempo de exposición de una manera progresiva. Si además se prepara al cuerpo con cosméticos que sean ricos en vitamina C, E y en licopeno, mucho mejor.
Las orejas, el cuello, los labios y la nariz son las partes del cuerpo que más posibilidades tienen de quemarse aunque es cierto que son las zonas que tiene mayor incidencia para sufrir un cáncer de piel. Por eso no hay que olvidarse de ellos y repasar con crema protectora cada poco tiempo.
¿Cuándo y cómo aplicarse el protector?
No hay que esperar a llegar a la piscina o a la playa para echarse la crema. Hay que aplicar la crema protectora antes de salir de casa ya que se ha demostrado que sus activos tardan veinte minutos antes de empezar a actuar como un escudo eficaz.
No hay que quedarse nunca cortas jamás a la hora de aplicar las cremas solares. Se te aplicas la mitad de lo que se especifica en el modo de empleo, sólo estarás protegida la mitad del tiempo. Sea cual sea el factor de protección que se utilice hay que aplicarse la cantidad aproximada de una cuchara de postre en la cara y otra en el escote. Una cuchara sopera en cada brazo y dos cucharas soperas en cada una de las piernas. Una en la tripa y tres en la espalda.
Los filtros solares suelen ser muy inestables y comienzan su degradación en el momento en que entran en contacto con el sol. En la actualidad esta degradación suele mantenerse durante un par de horas como mínimo, por lo que transcurrido ese tiempo hay que renovar la aplicación.
Por otra parte las texturas ya no son tampoco un problema. Antes las cremas podían dejarte la piel blanca si tenían filtros físicos o llena de brillos si tenían filtros químicos, pero ahora eso ya no sucede. Lo que sí es cierto que los protectores grasos logran penetrar mejor en la piel y la protegen bastante más, pero las texturas con un toque seco logran combinar un acabado mate con las propiedades de un aceite. Por otra parte los productos “wet” han logrado que los productos se adhieran en la piel incluso cuando ésta se encuentra mojada, así que ya no hay que esperar a secarse para volver a aplicarse el protector solar.