Son muchos los miedos que puede tener una mujer y aveces le puede ser imposible de manejarlas. Afortunadamente puede recurrir a orientación profesional que en el caso del manejo de las fobias, es la única salida. Lo importante es tener una disposición para poder minimizarlas porque en miles de casos es casi imposible eliminarlas completamente. Aunque se piense lo contrario las fobias son más comunes de lo que se cree y según estudios se presentan en aproximadamente una de cada veinte personas, siendo más frecuentes en las mujeres que en los hombres.Hay distintos tipos de fobias y unas más intensas que otras, las que son graves necesitan de atención especializada para ayudar a la persona a salir de ella o por lo menos poder controlarla.
Hay algunas sociales como las que producen temor a las aglomeraciones de personas, a las que están relacionadas con presentarse a un público o grupo social o hasta relacionarse con miembros de la misma familia; otra son mas específicas como el miedo a ciertas situaciones, objetos o animales y las de este tipo son las que más se presentan a nivel mundial. Aunque hay fobias que a pesar de que están presentes en una chica no tienen por qué afectar su vida diaria, por ejemplo, un miedo a fenómenos en el mar, pero si vive en una ciudad a miles de kilómetros de él, la fobia se hará presenten cuando la persona esté cerca al agua, de resto no hay problema.
Pero hay otros casos en los que el miedo es tan profundo que una vida común y corriente se puede ver alterada por estas situaciones y hay que entender que una fobia no desaparece sola y es necesario buscar ayuda. Y es que un especialista puede definir si realmente lo que se padece es una fobia o se confunde con episodios de ansiedad, además que hay que conocer el origen del problema, de donde nació, porque se incremento y que soluciones se han buscado.La terapia más común es una situación de exposición, en donde el médico enfrenta a la persona a su más grande miedo y poco a poco le ayuda a ir reduciendo este temor, aunque es un proceso y se lleva a cabo poco a poco, porque por ejemplo a alguien que teme a los ratones no se le muestra un ratón real directamente, esto sería tal vez el paso final.
Hay otro método en el que se hace imaginar al paciente que se encuentra en esa situación fóbica y allí mismo analiza cómo puede encontrar soluciones para reducir el miedo, convirtiéndose en una experiencia más de resistencia que poco a poco será más duradera. Por último hay un llamado método de choque en donde se expone al paciente directamente a su fobia, pues se cree que se obtiene mejores resultados aunque no deben ser usados medicamentos para controlar los nervios o la ansiedad pues puede ser contraproducente.
Es necesario entender que los resultados pueden demorar en aparecer y que dependiendo de la edad, la personalidad y la fuerza mental de cada persona el tiempo puede ser mayor o menor y aunque la fobia puede no desaparecer por completo los niveles de angustia pueden disminuir en un gran porcentaje. También hay que sentirse orgulloso de los avances que se tengan así sean mínimos pero en ningún momento perder el impulso.