Para dejarlo loco de ganas en apenas segundos, te proponemos que uses la imaginación
Bien sabemos que despertar al macho salvaje que todo hombre lleva dentro puede demandar algo más que un par de caricias, y no menos cierto es que dejarlo enfermo de ganas a veces requiere exactamente lo contrario: la ventaja del sexo “sin manos” es que, justamente, cuanto menos se puede tocar, más se imagina. Y eso alcanza de sobra para convertir en un canguro sexópata hasta al más vago de los ratones. ¿Preparada entonces para sacar partido de esta excitante forma de erotismo en la que vale todo, menos tocarse?. Lee atentamente.
Muestra gratis: Que los hombres son mirones por naturaleza no es noticia, pues el macho es Voyeur nato y se le entra por los ojos. El sentido de la vista en los varones es sorprendente, ya que tienen una irracional tendencia a adornar con habilidades amatorias a toda mujer más o menos despampanante. Y si hay algo que adoran en particular, es espiarnos en alguna situación supuestamente íntima y solitaria. Por ejemplo: entrar al cuarto de baño mientras nos estamos duchando y ¡epa! Vernos mojadas y enjabonándonos alcanza para dejarlos pensando en el episodio mucho mas de lo que imaginamos. Por eso, así como quien no quiere la cosa, no te prives de dejarlo espiar “accidentalmente” alguna de tus escenas más privadas como vestirte, desvestirte o el ya mencionado baño.
Despierta su apetito: Dicen los expertos que el acto de comer es muy parecido en su sensualidad a ese otro del que sólo lo distingue que lo que ingerimos no es comida. Aprovecha entonces para jugar con eso disfrutando de algún plato en compañía de tu chico y dejándolo ver como puedes saborearlo. Eso sí; olvídate de las opciones tan obvias como un cucurucho de helado, una banana y demás alternativas con reminiscencias al sexo oral, y elige opciones como frutas jugosas, que connotan actitudes primitivas, como ser un durazno, o cualquier plato que te permita lamer, chupar y pasarte la punta de la lengua por los labios con cara de “yo no fui”. El único truco para que todo salga de maravillas es que te tomes el tiempo de hacer todo muuuy despacio e imaginando que eso que saboreas podría ser su propia persona. Éxito asegurado.
Acaríciate frente a él: Apelando nuevamente al viejo truco de la distracción, acaríciate el pelo con sensualidad o bien rózate el escote con la yema de los dedos. Aunque sutiles, esta clase de señales comunican un mensaje sexual inequívoco. Durante la etapa de coqueteo, las mujeres juegan con el cabello, se arreglan la ropa por encima o bien se entregan al tacto de sustitución: pueden pasar suavemente el dedo por el borde de una copa o acariciarse, lenta y distraídamente, el muslo y la muñeca, todos estos mensajes capaces de encender los motores de cualquier hombre al instante.
Excítalo con una historia: Es cierto que los varones son criaturas netamente visuales, pero eso no quita que no puedan, también, responder de inmediato a otra clase de estímulos. No olvides que la capacidad de imaginar de los humanos es infinita, y desde la mas tierna infancia la mayoría de las personas tiene fantasías sexuales, es decir, ficciones conscientes (no son sueños) y con toda clase de contenidos. Empieza por imaginar un escenario prometedor, y a partir de eso construye tu guión hot. Luego entonces, susúrrale cada escena al oído, siendo bien explicita sobre las cosas que te hace en esa ficción. Es sin dudas lo dejará en llamas y muerto de deseo para poder concertar