La función principal de un baño o ducha es la limpieza del cuerpo así como la hidratación de la piel. Pero conseguir un resultado perfecto no siempre es posible debido al estrés y las prisas e incluso al desconocimiento. A continuación te proponemos algunos consejos para poder sacar el máximo partido a ese momento y lucir una piel radiante.
Consejos para lograr los mejores resultados a la hora de ducharse
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la ducha de cada día no debe sobrepasar los diez minutos ya que más allá de este tiempo la piel, al resecarse, sufre una pérdida mayor de protección.
El agua siempre debe estar templada, intentando que esté lo más cerca posible de la temperatura del cuerpo. Cuanto más caliente esté el agua, mayos barrera de protección se elimina por lo que se dañan las defensas naturales de nuestra piel.
Para empezar el día con vitalidad y energía nada mejor que una ducha por la mañana, pero por las noches las duchas relajan mucho llegando a favorecer el sueño y el descanso. Puedes ducharte dependiendo de lo que más necesites cada día.
El agua fría es muy estimulante y ayuda a eliminar tanto el cansancio psíquico como físico, mientras que el agua caliente libera las tensiones y produce un efecto sedante. Si se contrastan ambas temperaturas el resultado es ideal. Se puede comenzar con una temperatura templada para ir bajando de una manera paulatina hasta que al final te duches con agua fría, algo que estimulará la circulación de la sangre.
Se deben utilizar productos de tipo hipoalergénicos y que sean suaves para que no agredan a la piel demasiado. Lo perfecto sería usar oleo geles lípidos que actúan sobre la epidermis reforzando su barrera protectora que suele perderse a la hora de la ducha.
Es aconsejable usar un gel para la cara específico y otro diferente para el cuerpo ya que cada una de las zonas tienen unas necesidades distintas. No hay que olvidar que la piel de la cara es bastante más sensible que la del resto del cuerpo.
Hay que enjabonarse con las manos o en su defecto utilizar una esponja que sea suave, evitando una excesiva exfoliación, sobre todo si se tiene la piel sensible. Hay que aprovechar este momento igualmente para masajear el cuerpo y relajarse durante unos minutos.
Puedes escuchar tu música favorita mientras te das una ducha. Pon una vela aromática o algún detalle que ayuda a relajarte en el baño y disfruta de ese instante para desconectar.
A la hora de secarte hazlo suavemente sin frotar excesivamente. Emplea para ello una toalla de rizo o un albornoz ya que este tipo de tejidos absorbe mucho mejor el agua.
Una ducha perfecta tiene que acabar siempre con una hidratación buena. Si no tienes mucho tiempo para aplicarte una crema corporal después del baño puedes hidratarte mientras te duchas gracias a los productos que hoy en día existen en el mercado y que se aplican sobre la piel húmeda formando una película protectora sobre la piel que refuerzan la regeneración de ésta.