Es cierto que no es lo mismo la piel de una mujer de 30 años que la de una mujer de 50, pero lo que sí es cierto que pueden ser igualmente bonitas y bellas si se aprende cómo cuidarlas en cada una de las etapas de la vida para lograr un rostro más atractivo cada día.
A los treinta años de edad
En esta edad es cuando empiezan a aparecer los signos propios de la edad por lo que resulta especialmente importante que nos concentremos en el cuidado de nuestra piel para ir preparándola para los años que siguen.
En esta etapa es cuando los efectos del sol comienzan a aparecer y suelen surgir las primeras manchas en el rostro.
Para conseguir un rostro uniforme, luminoso y liso sin ningún tipo de imperfecciones, el mejor tratamiento es prevenir, es decir, usar protección tanto en el verano como en el invierno, no exponerse al sol e hidratarse bien después de un peeling, una depilación, etc. Igualmente existe un tipo de cosmética despigmentante o blanqueadora que además de borrar este tipo de manchas, trata la piel, la hidrata y evita que salgan manchas nuevas.
A los cuarenta años de edad
Con esta edad se intensifica la pérdida de tonicidad y de agua por lo que los cuidados de la piel deben cambiar. Será necesario buscar una buena crema hidratante para el día y otra que sea especial para las noches con las que logremos mantener la piel humectante. En la zona de los ojos deberá aplicarse un contorno alisador e hidratante.
Cuando se ha pasado esta frontera empiezan a aparecer las primeras arrugas puesto que la piel comienza a perder elasticidad y firmeza, así como descolgamientos, párpados caídos y pérdida de intensidad.
Existen cuidados estéticos que logran una hidratación de la piel durante 48 seguidas además de una eficacia antiarrugas máxima que reafirma la piel y rellena y reduce las arrugas.
A los cincuenta años de edad
Una piel a esta edad, aunque madura y cuyos problemas mayores son la deshidratación y el descolgamiento, también puede aparecer luminosa y bonita con unos cuidados imprescindibles.
Aunque parezca increíble todavía se está a tiempo de contrarrestar los efectos de esta edad, especialmente si se han mantenido durante toda la vida una rutina rigurosa. El secreto está en la constancia.
Cuando se tiene una piel madura, se debe tener presente que no se van a ver unos resultados tan rápidos como los que se podían conseguir con unos diez o veinte años menos, pero es seguro que también se verán. Para ello tan sólo se deben buscar unos productos que logren devolver la elastina y el colágeno a la piel, como por ejemplo los ofrecidos por la gama Orquid Vital de la marca Garnier que responde a todas las necesidades de las pieles más maduras, combatiendo los signos del envejecimiento más visibles a la vez que reafirma la piel y la hidrata intensamente, regenerando y difumando las manchas.