Si tenemos ganas de dar un toque distinto a nuestra casa, y cambiarla de aspecto con poco dinero, una de las opciones que podemos plantearnos es otorgarle un estilo vintage. Más que de un estilo, al hablar de lo vintage estamos hablando de una recuperación de lo clásico, de aquellos objetos y muebles que estaban de moda en otros tiempos ya pasados y que, combinados con los actuales, crean un contraste que otorga a cualquier estancia una gran personalidad, por supuesto siempre que se tenga gracia para hacerlo.
Para la recuperación de estos objetos o muebles, sólo podremos hablar de vintage si tienen por lo menos más de 10 años, aunque normalmente, al utilizarse este término se suele referir uno a la época que va desde la década de los 50 a las de los 80. Y además han de ser de épocas diferentes, ya que se trata de combinar estilos diferentes entre sí.
Es un estilo ideal si queremos decorar nuestra casa de manera diferente y no disponemos de mucho presupuesto, ya que como se trata de hacerlo con muebles actuales, que ya tenemos, combinados con muebles de hace unos años, que podemos encontrar fácilmente en lugares en los que vendan cosas de segunda mano, o incluso a través de familiares y amigos que se quieran deshacer de ellos, podemos dejar la casa perfecta sin necesidad de gastar demasiado dinero.
Así, en el dormitorio bastará con poner unos textiles, colcha, butaca y cortinas, con una tela más propia de hace unos años que de hoy en día, junto con unos cuadros antiguos, y ello sólo bastará. En otras estancias, como salones, otro tanto de lo mismo: unos espejos antiguos, unos jarrones, una alfombra o unos cojines que nos recuerden los años 70, por ejemplo, será suficiente si lo combinamos con gusto con objetos actuales. Hemos de tener en cuenta y recordar lo ya dicho anteriormente de que se trata de combinar estilos con gracia, no que todo sea del mismo estilo.
Es muy fácil dar al baño un estilo vintage, por ejemplo poniendo una bañera de las que tienen patas, o una grifería antigua al estilo de los años 50, o simplemente pintando las paredes. Y más fácil aún es la cocina, ya que al ser una estancia donde van tantos accesorios las posibilidades son enormes, ya sea con los agarradores, los cucharones, las tazas, e incluso con los electrodomésticos, siendo en este caso ideal encontrar una nevera de los años 60.