Sin duda los tacones resultar una excelente arma de seducción, pero llevarlos de una manera continuada puede llegar a afectar a la salud más de lo que se cree, aunque bien es cierto que existen algunas mujeres afortunadas que podrán caminar toda su vida sobre ellos sin sufrir sus consecuencias, pero la mayoría tendremos una cita obligatoria con el podólogo más de una vez en la vida.
Juanetes
La causa principal por la que pueden aparecer los juanetes es por la manera de caminar, pero los tacones desde luego que aceleran su aparición. Y es que cada centímetro que se usa de más en el cazado aumenta de una manera progresiva la sobrecarga que se va generando bajo los dedos de los pies, incrementando considerablemente el riesgo de la aparición de juanetes. Y una vez que esta deformidad aparece, la única solución es la cirugía. La parte positiva es que dicha cirugía requiere una mínima incisión que se realiza con anestesia local y es ambulatoria.
Sesamoiditis
Existen ciertas articulaciones, como por ejemplo las rodillas, que necesitan de un hueso auxiliar para funcionar correctamente y en este caso es la rótula. En los dedos de los pies, son necesarios dos huesos pequeños, llamados sesamoideos, que se encuentran ubicados en la base del dedo gordo de cada pie y que son los que asumen la mayor carga. Un uso continuo de los tacones puede llegar a inflamarlos o a fracturarlos en el peor de los casos. Si es el caso, se sentirá un dolor bastante agudo en la base del dedo gordo que se incrementará al hacer deporto o al apoyar el pie. Su tratamiento requiere algo de reposo, plantillas que ayuden a descargar esa zona y antiinflamatorios.
Dedos en garra
Debido a la inclinación de los tacones, los pies se van deslizando dentro del zapato, haciendo que con el paso del tiempo, los dedos acaben retrayéndose adquiriendo forma de garra. Además a estar en esta posición, los dedos rozan con los zapatos provocando dolor, callosidades e infecciones. Si la lesión se coge a tiempo y los dedos están aun flexibles, no se requerirá cirugía para que vuelvan a su forma original, pero si la lesión ha estado durante mucho tiempo, será necesario pasar por el quirófano.
Neuroma de Morton
Se trata de un pinzamiento nervioso que se produce por la excesiva presión que los tacones ejercen en la parte delantera de la planta de la planta del pie, haciendo que el nervio que pasa por los espacios metatarsales se inflame al quedarse atrapado. Es más, este nervio puede hipertrofiarse y terminar convirtiéndose en un pelota dentro del pie, en cuyo caso solo se puede quitar con cirugía.
Pero si la lesión se ha detectado a tiempo, unas infiltraciones con corticoides introducidas alrededor del nervio, ayudarán a aliviar el dolor y a disminuir la inflamación. Si la presión sobre este nervio continua, el problema no desaparecerá. Por ello es muy importante llevar unas plantillas buenas que contribuyan a descargar esta zona.