Si incorporamos cada día ciertas claves en nuestra alimentación, puede que nos ayuden a controlar la ansiedad y a diferenciar la sensación de hambre emocional de la real. Y es que en ocasiones el aburrimiento o el estrés nos hacen meternos en la cocina sin ni siquiera saber lo que queremos comer y si verdaderamente lo necesitamos. Solo sabemos que queremos comer y la mayoría de las veces son alimentos «prohibidos» que nos hacen coger kilos de más.
De cualquier manera hay algunas pautas que pueden engañar a nuestros sentidos para que nos resulte mucho más fácil cumplir con la meta de perder esos kilos de más. ¡Descúbrelas!
Menos azúcar
Un cambio en los niveles de azúcar en la sangre es la principal causa del ansia de comer. Si eliminar de tu dieta el azúcar durante un tiempo, es decir, los cereales refinados, los alimentos procesados, los zumos de frutas envasados, los refrescos, así como los edulcorantes artificiales, tus ansias por comer van a desaparecer.
Puede que los primeros días resulten algo difíciles, pero no dudes que se va a pasar. No subestimes el hambre emocional que puede que se presente al mismo tiempo o quizás algo después. En ese caso ponte a analizar cuáles son los motivos psicológicos que pueden llegar a llevarte a sentir atracción por ciertos alimentos.
Calorías líquidas
Estas calorías aumentan la cintura y estimulan el apetito y parece ser que es debido a que al no tener fibra, la estimulación de los receptores del estómago fallan, y cómo ellos son los que le dicen al cerebro que te encuentras «satisfecho», puedes llegar a beberte veinte zumos o refrescos y jamás te llenas.
En plato pequeño
Lo importante es escuchar a tu cuerpo ya que cada persona es totalmente diferente. Por eso en ocasiones es mejor picar a media mañana algo si hay mucho hambre, aunque eso sí, un snack que sea sano y que tengas al alcance siempre. Unas raciones pequeñas que sean ricas en fibra pueden consumirse con frecuencia sin problemas.
Desayuna y pierde peso
Un desayuno sano con proteína ayuda a perder peso, a reducir la ansiedad y a quemar calorías. Y es que si se desayuna un pan blanco con un zumo de naranja por ejemplo, hará que a media mañana tengas hambre, por ello se recomienda uno que contenga proteína, grasa y un hidrato de carbono.
Pensar en nutrientes
El organismo necesita minerales, vitaminas y antioxidantes para poder funcionar de manera correcta y si solo le das grasa mala, azúcar y sal, lo más probable es que tengas todo el tiempo hambre, ya que estará desnutrido y va a seguir pidiendo alimento hasta que le des el adecuado. Puedes consumir las grasas buenas y las fibras de las aceitunas, de las nueces, del pescado, de las algas y de las semilla, de esta manera no vas a atener ganas de picotear ningún snack que no te aporte ningún nutriente.
Aguacate y plátano
Si de repente te entra una ansia por comer muy fuerte y se te antoja algo prohibido, lo mejor es echar mano de una tortita de arroz, un plátano, un aguacate o cualquier otra fruta de temporada, de esta manera conseguirás calmar ese apetito voraz tan peligroso.