Atrás deberían quedar los piquitos fríos y tímidos. Si eso es lo único que puede ofrecerte tu chico, en esta nota te daremos unos tips para que se convierta en un auténtico besador de telenovelas (pero con besos de verdad).
Bien lo sabemos todas: no hay nada peor que un beso baboso, y mucho menos que de un beso frío y desapasionado. Porque besar no es, después de todo, tan sencillo como nos lo pintaron. De hecho, no solo se trata de una maniobra física complicadísima (numerosos músculos se mueven para dar un simple piquito) sino también decisiva, una especie de “Prueba de calidad” inapelable.
¿Acaso no te diste cuenta de que es rarísimo que puedas enamorarte de un hombre cuyos besos no te hacen estremecer?. Esto sucede porque a través del beso, se pueden alcanzar niveles de excitación impresionantes, y hasta es posible alcanzar el clímax mediante largos y profundos contactos boca a boca. ¿Te gustaría experimentar algo así? Para que tu hombre ascienda al top five de los mejores besadores, en esta nota te contaremos todo lo que necesitas saber… y él también.
Para empezar, partiremos de la base que es imposible que tu bombón mejore su técnica besadora si ni siquiera sospecha que lo está haciendo horrible. El punto es que seas capaz de comunicárselo sin hacerlo sentir mal. Una sugerencia es que, en vez de marcarle sus errores (por ejemplo, que te muerde, te raspa o te ahoga) interrumpas la maniobra sin dejar de mostrarte afectuosa. Si, supongamos, retiras la boca del escenario y te pones a besarle el cuello, seguro que captará el mensaje: que sus maniobras sobre tus labios no te gustan ni un poquito. Lo que se dice: claro y sutil. Hecho esto, es el momento de mostrarle como seria el beso soñado ¿Más lento? ¿Largo y profundo o chiquito y superficial? Todo eso puedes demostrárselo dándole un beso memorable.
¿Estás hasta la coronilla de que él sumerja su lengua en las profundidades de tu garganta? Opta por empujarlo suavemente hacia atrás y bésalo con la boca apenas entreabierta. Un beso como éste permite sincronizar las respiraciones y es (según los tántricos) prácticamente una garantía de sexo fabuloso porque permite intercambiar energías. Besar ya es hacer el amor, aseguran algunos expertos. Toma conciencia de eso y concéntrate: mira a los ojos, inspira para sentir su aliento y detente un momento para compartir ese momento fugaz. Ahora bien, en caso de que no te guste que se abroquele sobre tus labios y no se mueva de ahí ni por casualidad, una buena opción es juguetear con la punta de tu lengua en sus dientes superiores, o trazar una especie de remolino alrededor de la suya. Eso sí, en cuanto esté en el camino correcto, sería bueno que le dediques un par de gemidos de aprobación que lo hagan permanecer en la senda del bien. Por otro lado cabe mencionar que a veces, tu hombre puede tener un extraño sentido de la oportunidad. Hablando más claramente, que se le ocurra partirte la boca en pleno almuerzo de domingo, para espanto de tus abuelos. Lo que conviene hacer en esos casos, es desarrollar un código silencioso para dejarle en claro que en ese momento no es la clase de demostración amorosa más adecuada. Y por último, si tu idea es que un beso sea el preludio del amor, empieza por mirarlo directo a los ojos, después levántale la barbilla y acércalo a ti. Aunque no parezca, los hombres consideran románticos los piquitos en la frente, las mejillas y los ojos. Hecho esto, sube la apuesta, acaríciale su lengua con la tuya mientras sus manos se pierden en su anatomía… ¡Y el calor aumenta! Ese es, en definitiva, el verdadero arte del beso: llevarnos directo a las estrellas en un abrir y cerrar de ojos.