En medio del acaloramiento que produce la discusión con la pareja, se pueden mencionar algunas palabras o frases que están prohibidas, porque solo con decirlas, la otra persona puede sentirse totalmente herida y poner en riesgo la relación. Las discusiones y peleas de pareja son comunes en todo el mundo, pero hay unas que puede saberse llevar con más calma que otras, dependiendo del carácter de cada persona, de la capacidad de aguante ante ofensas o más bien, que no le importe lo que le dicen, pero evidentemente hay ciertas cosas que no pueden ser mencionadas ni siquiera por rabia, porque puede convertirse en un detonante para ponerle fin a una relación.
a. Hay que evitar a toda costa poner una amenaza en medio de la discusión, por ejemplo el clásico “terminemos” que para la otra persona puede sonar muy serio y sumado a esta sencilla pero fuerte palabra, llegan otras frases como “no quiero volver a verte”, “eres lo peor de mi vida” o “me voy para siempre”, pues no se sabe como reaccione quien lo está escuchando y si a causa de ello se caiga la confianza y el amor. Muchas veces pedir perdón o todas las disculpas del mundo no sirven para reponer la herida que se marca en los sentimientos de la otra persona.
b. Afirmar que no se está de mal genio, que algo molesta o que la ira esta que la consume es un gran riesgo, además que la actitud es difícil de disimular y por ende la otra persona terminará dándose cuenta de que algo anda mal. Según los sicólogos, el tratar de ignorar las emociones, es uno de los mayores problemas y que conducen directamente a las discusiones de pareja. Se pueden tomar dos caminos, el primero consiste en enfrentar lo que molesta pero de la mejor manera posible, sin necesidad de gritos, agresiones u otras actitudes que solo empeoraran la situación; o la segunda, salir, tomar aire, pensar , reflexionar y dejar que eso que incomoda se vaya y no tocar el tema nunca más.
c. Decirle a la otra persona que “es igual al papá o a la mamá” es uno de los peores errores que se pueden cometer, pues en medio de una discusión, una persona deja de sentirse ella misma y experimenta algo como el reflejo de sus padres, y es peor cuando saben que su papá o su mamá tienen defectos que desesperan a cualquiera. Además para nadie es agradable que estén criticando a personas tan cercanas como los padres.
d. Cuando hay peleas o discusiones acompañadas con gritos y ofensas fuertes y se cuenta con la presencia de los hijos, que frecuentemente son pequeños, puede que estos se sientan nerviosos y empiecen a llorar o se vayan asustados por lo que están observando, y la forma más fácil de evadir la situación, es que uno culpe al otro de la discusión y peor aún, de que el pequeño está asustado y hasta enojado. Lo mejor es detener la discusión, llevarse al niño y tranquilizarlo, tratarle de explicar que nada pasa y tomarse un espacio para respirar y calmarse.