Aprende a cuidar la piel de tu rostro dependiendo del tipo que sea. A continuación te damos los pasos que debes seguir para lucir un cutis de cine con unos cuidados básicos a través de las cremas faciales.
Piel grasa
Las pieles grasas presentan una actividad mayor de las glándulas sebáceas. Dependiendo del tipo de secreción, a su vez existen diferentes tipos de pieles grasas: la piel grasa seborreica (que suelen presentarla personas de raza latina), piel grasa deshidratada, que aparece cuando la secreción de la grasa modifica su composición y piel grasa asfíctica, que suele darse cuando se utilizan productos cosméticos equivocados que pueden llegar a originar quistes sebáceos.
Si tu caso es la piel grasa, debes buscar en tus tratamientos faciales principios activos como el retinoides. Este activo contiene una acción antiqueratinizante, inhibiendo la producción de la grasa, además de ser antiinflamatorio e inmuno modulador, aumentando el colágeno y disminuyendo la elastina anormal. De igual manera aumenta la vascularización dérmica y las fibras de anclaje. La bardana por su parte, es perfecta para una piel grasa por su actividad sebo reguladora y antimicrobiana.
Piel mixta
Este tipo de piel tiene una situación intermedia que va alternando las características de una piel grasa y de una piel seca. Estas pieles necesitan ácido salicílico que es ideal para las pieles grasas con poros dilatados en la conocida como zona T, es decir en la frente, en la nariz y en la barbilla, ayudando a eliminar las células muertas y estimulando la formación de colágeno.
Para las zonas secas de la piel mixta es necesaria vitamina B5 o ácido pantoténico, ya que este activo aumenta la síntesis de los lípidos cutáneos mejorando la barrera del cutis. Puede usarse como humectando mejorando la descamación, la rugosidad y la elasticidad.
Piel normal o eudérmica
Esta piel se caracteriza por la ausencia de alteraciones y por secreciones equilibradas. Tiene un aspecto luminoso, está bien hidratada, tiene un color uniforme y un brillo moderado y unos poros imperceptibles. Es una piel elástica, suave, flexible y aterciopelada al tacto. El tratamiento que necesita este tipo de piel estará basado en conservar su estado natural y protegerla de la acción de los agentes atmosféricos y de la deshidratación.
Los principios activos recomendados son la vitamina A y la vitamina C. Ésta última tiene poder antioxidante, una acción antiinflamatoria, estimula la producción de colágeno y es inhibidora de la melanina. Las dos vitaminas juntas inhiben la producción de la grasa, evitan la inflamación y aumentan la vascularización dérmica y la producción del colágeno.
Recomendable también el uso de EGF, un péptido que está compuesto de cincuenta y tres aminoácidos que promueven la proliferación, el crecimiento y la supervivencia de las células. Los efectos estimulantes de este factor de crecimiento sobre los fibroblastos provocan una producción mayor de colágeno lo que aumenta el grosor de la piel.