Croquetas de champiñones

Las croquetas constituyen un plato que suele gustar a todo el mundo. Se pueden hacer con muchos productos, siendo muchas veces la manera de que los niños consuman alimentos que no quieren de otra forma. Estas croquetas de champiñones puedes hacerlas, por supuesto, con cualquier otro tipo de setas o, incluso, aprovecharlas si te han sobrado de algún salteado o cualquier otra comida. Croquetas de champiñones Ingredientes: champiñones, cebolla, leche, huevo, harina, pan rallado, aceite de oliva y sal.

Pon aceite de oliva en una sartén, ponla al fuego y echa en ella la cebolla picada. Deja que la cebolla se vaya cociendo, y, antes de que llegue a coger color, le añades los champiñones, que previamente habrás lavado y cortado a trocitos pequeños. Sálalos y remueve, y deja que se vaya sofriendo junto a fuego suave, hasta que veas que los champiñones han soltado toda el agua y empiezan a tomar color.

En este momento, añade un par de puñados de harina (unas 4 cucharadas soperas) y lo mezclas bien todo. Añade leche en tal cantidad que justo cubra la masa, y sigue removiendo entonces de manera continuada hasta que veas que la masa ya es lo suficientemente consistente. Lo verás porque al remover te seguirá toda ella en bloque, despegandose de la sartén.

Deja enfriar la masa y guárdala en el frigorífico hasta que vayas a hacer las croquetas. Mejor si dejas pasar por lo menos un día.

Cuando quieras hacerlas, dales la forma, pásalas por huevo batido y pan rallado y fríelas en una sartén con abundante aceite de oliva muy caliente. Cuando estén doradas las pones un par de minutos encima de un papel secante para que absorban el aceite y ya están listas.