Casi todas recurrimos a la vieja excusa de que habitualmente exponemos poco nuestros pies, y en consecuencia esto hace que nos olvidemos de ellos. Solemos castigarlos con zapatos poco apropiados, los tapamos con medias y calcetines durante meses y olvidamos que no sólo son un soporte o un medio de transporte natural y extraordinario, sino también un elemento importante en nuestra salud general.
Es raro encontrar una nota que hable de tus pies ¿Verdad? Pues bien, no te hagas la desentendida porque te será muy útil. Pues los pies sirven para algo mas que para simplemente lucir unas maravillosas sandalias (lo que tampoco está de más, por otra parte), así que te recomendamos que continúes leyendo.
Para comenzar vamos a recordarte que los pies son la base del cuerpo, y que, en lugar de cuidarlos como se merecen, generalmente los maltratamos con un calzado demasiado apretado, con suelas excesivamente finas o con tacones de vértigo. Cada pie cuenta con 26 huesos, 19 músculos, 33 articulaciones y más de 100 tendones que nos permiten realizar un movimiento normal, pero, al forzarlos a caminar de forma antinatural, pueden aparecer callos, juanetes y deformaciones de los huesos, y hasta incluso nuestra columna vertebral puede verse seriamente dañada si utilizamos un calzado inadecuado.
Cuando caminas: En estas ocasiones, lo correcto es que el peso corporal se reparta de forma equilibrada a lo largo de la planta del pie. Por eso, si utilizamos tacones demasiado altos, estos pueden provocar lesiones en el talón de Aquiles y en la parte delantera del pie que es la que soporta la mayor parte del peso. Diversos estudios sobre el tema coinciden en que la altura máxima del tacón no debe sobrepasar los tres centímetros y el ancho del zapato debe ajustarse al pie, pero sin apretarlo demasiado. Adoptar como hábito caminar todos los días un rato descalza sobre una superficie blanda, como por ejemplo, tierra o césped, es una buena forma de contrarrestar la compresión que sufren los huesos y los músculos de la zona. De esta forma se consigue, además, que el metatarso pueda expandirse y apoyarse correctamente, al igual que los dedos. La zona del arco también se verá favorecida. Si vas a la playa, un ejercicio muy beneficioso para los pies, los tobillos y las piernas es caminar sobre arena seca. El recorrido que realiza el pie al hundirse y pasar el peso de una pierna a otra, es tonificante y, además, favorece la elasticidad. Además la arena es un excelente exfoliante natural para la planta de tus pies.
Cuidados: Por la noche, es muy importante que le dediques unos minutos a tus pies. Antes de irte a dormir, y con la ayuda de dos cubos grandes (uno con agua caliente y sal, y otro con fría), sumérgelos durante seis minutos en cada uno. Termina enjuagándolos con agua templada. A continuación, masajéalos con aceite de romero (o algún otro aceite natural) sin olvidarte de los dedos ni el puente. Esto no sólo relajará la musculatura, sino que según la medicina china, en la planta del pie están las terminaciones nerviosas de todos los órganos del cuerpo, por lo que este masaje nos beneficiará de forma más amplia. No olvides tampoco que, luego de bañarte, así como te untas todo el cuerpo con crema hidratante, debes también poner un poco en tus pies. Un buen tip de belleza es, luego de ponerte abundante crema hidratante y masajear tus pies, sobre todo en el talón y la parte de la planta, colocarte unos calcetines de algodón durante un ratito para favorecer la absorción de la crema en ellos. Asimismo debes tratar de prestar los mismos cuidados a las uñas de los pies, no olvides arreglarlas con el mismo cuidado que arreglas las de tus manos.