Si para estas próximas vacaciones has decidido irte a nuestra capital. Hoy, en este apartado de turismo hemos decidido hablarte sobre algunos de los puntos de interés de esta bonita ciudad. En este artículo hacemos un recorrido por el rastro madrileño, un evento con mucha historia.
Sin lugar a dudas uno de los acontecimientos más espectaculares que suceden en las calles madrileñas es la junta de todos los puestecitos que conforman el rastro.
Típico, propio y único de esta ciudad, el rastro llena las calles del Barrio de la Latina y alrededores de colorido, viveza y sobre todo muchos viandantes, que observan curiosos los múltiples objetos que allí se muestran.
Y es que aquí, como dicen los propios madrileños, puedes encontrarte cualquier artículo. Eso que estabas buscando, y que jamás te imaginarías que pudiese existir, y mucho menos pudieras adquirirlo a un precio asequible y razonable.
Desde viejos artilugios mutilados por el paso de los años, hasta prendas de última moda, incluso de marcas, pasando por lo artesanal, se dan cita todos los sábados, de 10 de la mañana hasta el mediodía, para que nuestras vivaces miradas revoloteen y encuentren aquello que estaban buscando.
Es conveniente evitar visitar el rastro en horas punta, y sobre todo, a las doce del mediodía, ya que es cuando más gente circula por él, y puede llegar incluso a colapsarse. Su acceso es muy sencillo, y la parada de metro “La Latina” se encuentra ubicada justo al comienzo de este.
Sin embargo, si únicamente tienes opción de visitarlo cuando el flujo de gente es excesivamente masivo, puedes decantarte por dar una vuelta por los alrededores, y visitar las tiendas de magníficas antigüedades que pueblan todo el barrio situadas en las pequeñas callejuelas, y en las que podrás adquirir objetos de segunda mano, y procedentes de los lugares más remotos del mundo.
Un espectáculo digno de ser contemplado, al menos una vez en la vida.