Bajones de tensión frecuentes, ardores de estómago o una falta de energía son algunos de los síntomas que pueden estar indicándote que algo en tu cuerpo no está funcionando como debiera. Con mejorar tu alimentación y reajustar tu dieta, seguramente conseguirás un estado de salud bastante más aceptable. Descubre como hacerlo.
Cuando padeces de digestiones pesadas
En este caso necesitas una alimentación disociada y tener bastante calma así como controlas tu ansiedad ya que con ello aliviarás la pesadez de tu organismo y la asimilación de todos los nutrientes que ingieres.
Para ello no debes comer más de dos proteína en la misma comida y mezclar los alimentos de una manera adecuada. No comas patatas, arroz o pan en la misma comida y no ingieras cacahuetes salados, aceitunas y salchichón por ejemplo.
Puedes comer todo tipo de pescados, de carnes o de leche que contengan menos de un 55% de grasas, así como legumbres o verduras que podrás comer en cantidades grandes en cualquiera de las comidas.
Consume frutas como la piña, la s cerezas, los higos frescos, la naranja, el kiwi, los plátanos, las ciruelas pasas o el melocotón, pero siempre sin mezclar los hidratos con las proteínas. Por otra parte podrás acompañar las verduras de cualquiera de estos alimentos.
Si sufres de dolores y de estrés
Para aliviar los síntomas propios del estrés como puede ser dolor de nuca, molestias en la vista o una ansiedad que en ocasiones no puedes llegar a controlar, debes saber que tendrás que reponer energías y eliminar todo el exceso de sodio que tengas para relajar esta tensión. Para ello debes combinar una dieta regulada con algo de ejercicio.
Evita los alimentos salados y come aquellos que sean ricos en potasio. No comas nada de carne y controla los embutidos así como los cereales y derivados como el pan con sal, las palomitas, las patatas fritas envasadas o las galletas. Consume tartas en ocasiones especiales y reajusta tu dieta con un desayuno en el que incluirás un zumo natural de naranja, un par de porciones de fruta como melón, pera o plátano y una yema de huevo o un vaso de leche con unas galletas que sean bajas en sodio.
En la comida deberás tomar un vaso de zumo de tomate o de verduras frescas junto con un plato de arroz con tomate y una ensalada de zanahoria y cebolla más unas ciento cincuenta de proteínas de carne. De postre puedes tomar también una o dos piezas de fruta de las mencionadas anteriormente.
Para cenar otro poco de arroz cocido junto con unas patatas hervidas y unas zanahorias rehogadas en un poco de aceite de oliva. Puedes tomar también cinco galletas aproximadamente con algo de mermelada casera y un vaso de leche antes de irte a la cama.