En tal día como hoy, 28 de diciembre, se celebra la festividad de los Santos Inocentes. A lo largo de esta jornada, y desde épocas remotas, se tiene por costumbre gastar bromas a nuestros semejantes. Como todo, también las bromas han ido cambiando a lo largo de los años, siendo antiguamente muy extendida la costumbre de colocar un muñeco a la espalda del primer despistado que teníamos a nuestro alcance. Hoy en día, las nuevas tecnologías han provocado cambios en todo, y en esto no podía ser menos, y solemos usar las redes sociales o los mensajes por móvil para encontrar a nuestros inocentes.
Sin embargo, seguramente más de una vez nos hemos preguntado a qué se debe esta costumbre. Todos sabemos lo que en realidad se conmemora y recuerda el día 28 de diciembre: la matanza llevada a cabo por orden del rey Herodes de todos los niños menores de un año, motivado por el anuncio que le habían hecho sobre el nacimiento del Hijo de Dios y el temor que ante ello sintió de perder el trono.
La Iglesia Católica, a partir del siglo V, decidió dedicar este día al recuerdo de todos estos niños, los Santos Inocentes.
Sin embargo, con el tiempo esta conmemoración se fue mezclando con otras celebraciones paganas, hasta acabar convirtiéndose en un día dedicado a las bromas tal como lo conocemos hoy en día.
El origen de las inocentadas propiamente dichas lo encontramos ya en la Edad Media. En la zona central de Europa existía por aquellas épocas una costumbre consistente en elegir, el día 6 de diciembre, de entre los niños que formaban los coros de las catedrales, a uno de ellos que era nombrado “Obispillo”, nombramiento que duraba precisamente hasta el día 28 de diciembre. Ello procedía a su vez de una costumbre aún más antigua, la del Obispo de los locos, una figura que era escogida con el fin de que se invirtiera por unos días el orden establecido, y a quien se permitían toda clase de bromas.
A pesar de que la Iglesia no era nada amiga de estas costumbres, éstas se extendieron, especialmente por España, que lo llevó a otros lugares como Sicilia o América, y han perdurado hasta nuestros días.
De hecho, cabe comentar que en algunos lugares, como en Burgos, aún se mantiene el nombramiento del Obispillo, que es nombrado junto a 16 inocentes, recorriendo todos juntos las calles de la ciudad en tal día como hoy, siendo recibido al final del recorrido por las autoridades, y saludando a los niños desde el balcón de la Casa Consistorial.